El año 2024 se cerró con un total de siete accidentes aéreos mortales registrados en un impresionante volumen de 40,6 millones de vuelos a nivel global, según el informe anual de seguridad de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA). Esta cifra representa un incremento significativo respecto a 2023, que únicamente contabilizó un accidente fatal.
Durante el último año, hubo 244 víctimas mortales a bordo de aeronaves, en comparación con las 72 del año anterior y la media de 144 que se observó en los últimos cinco años. El riesgo de mortalidad se estableció en 0,06, una cifra inferior a la media quinquenal de 0,10, aunque dobla el registro de 0,03 del año 2023. En el lapso de 2020 a 2024, un accidente mortal se produjo por cada 810.000 vuelos, una mejora notable en comparación con la media de un accidente por cada 456.000 trayectos entre 2011 y 2015.
Incluso con los recientes accidentes de aviación de alto perfil, es importante recordar que los accidentes son extremadamente raros
Willie Walsh, director general de IATA, enfatizó la importancia de la seguridad aérea, subrayando que la tendencia histórica muestra una mejora continua en este ámbito. En este sentido, los choques por golpe de cola y las salidas de pista fueron los tipos de accidentes más comunes en 2024, resaltando la necesidad de intensificar las medidas de seguridad en el despegue y aterrizaje.
Adicionalmente, el informe destaca que las aerolíneas que forman parte de la Auditoría de Seguridad Operacional de la IATA (IOSA) presentaron un índice de accidentes de 0,92 por millón de vuelos, considerablemente menor al 1,70 de aquellas que no están incluidas en este registro. Es importante señalar que los accidentes relacionados con zonas de conflicto no se incluyen en este análisis.
La IATA también inspeccionó la eficacia de las investigaciones de accidentes, señalando que la falta de informes completos y oportunos limita la capacidad de las partes interesadas —operadores, fabricantes, reguladores y proveedores de infraestructura— para adquirir conocimientos que podrían mejorar la seguridad aérea. Según su análisis de las investigaciones realizadas entre 2018 y 2023, únicamente el 57% de los informes se completaron y publicaron conforme a lo requerido por el Convenio de Chicago.
La investigación de accidentes es una herramienta vital para mejorar la seguridad aérea mundial
Las tasas de finalización varían significativamente entre las regiones, siendo el norte de Asia la más alta con un 75%, seguida por América del Norte (70%) y Europa (66%). Por otro lado, Asia-Pacífico y África presentan tasas de finalización alarmantemente bajas, del 53% y 20% respectivamente. Walsh concluyó que para ser efectivas, las investigaciones deben ser completas, accesibles y oportunas.
