La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad viral grave transmitida principalmente por garrapatas y causada por el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHFV), perteneciente a la familia Nairoviridae dentro del orden Bunyavirales.
La transmisión de esta enfermedad ocurre principalmente a través de garrapatas, especialmente del género Hyalomma. Las personas pueden infectarse por picaduras de garrapatas o por contacto con sangre de animales infectados, como ganado, ovejas y cabras. También es posible la transmisión entre humanos a través del contacto con fluidos corporales de personas infectadas, como sangre, saliva, orina y semen, lo que representa un riesgo considerable para los trabajadores de la salud y cuidadores.
La enfermedad se presenta con un inicio repentino y los síntomas pueden incluir fiebre alta, dolor de cabeza severo, dolor muscular, mareos, dolor de cuello y rigidez, dolor de espalda, sensibilidad a la luz, dolor de ojos y fotofobia en su fase inicial. En la fase avanzada, los síntomas pueden agravarse con náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y de garganta, seguidos de agitación, confusión y erupción petequial (pequeños puntos rojos en la piel debido a hemorragias). Las complicaciones graves incluyen hemorragias internas y externas, insuficiencia hepática, insuficiencia renal y daño pulmonar.
El diagnóstico de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se confirma mediante pruebas de laboratorio que detectan el virus, su ARN o anticuerpos en la sangre del paciente. No existe un tratamiento antiviral específico para esta enfermedad. El manejo incluye cuidados de soporte, como el mantenimiento del equilibrio de líquidos y electrolitos, soporte de oxígeno, transfusiones de sangre si es necesario y tratamiento de infecciones secundarias. Algunos casos pueden tratarse con medicamentos antivirales como ribavirina, aunque su efectividad no está completamente confirmada.
La prevención de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se basa en el control de garrapatas mediante el uso de repelentes de insectos, ropa protectora y revisiones regulares de garrapatas, además de la implementación de prácticas seguras en el manejo de animales y productos animales. Los trabajadores de la salud deben usar equipo de protección personal (EPP) y los hospitales deben seguir protocolos estrictos de control de infecciones para prevenir la transmisión nosocomial.
Epidemiológicamente, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está presente en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, en regiones situadas por debajo de los 50 grados de latitud norte, que es el límite geográfico de las garrapatas que pueden portar el virus. Es una enfermedad zoonótica con brotes ocasionales en humanos que pueden ser graves, con tasas de mortalidad que varían entre el 10% y el 40%, dependiendo de la rapidez y la eficacia del tratamiento recibido.
