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Joe Biden, diagnosticado con cáncer de próstata agresivo con metástasis ósea

El ex presidente de EE. UU., de 82 años, enfrenta un diagnóstico de alto riesgo cuatro meses después de dejar la Casa Blanca. Líderes políticos de todo el espectro han expresado su apoyo

Por Marta Díaz de Santos

El ex presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata en fase avanzada con metástasis ósea. Así lo ha confirmado su oficina en un comunicado emitido este fin de semana, en el que se detallan las primeras evaluaciones médicas. La noticia ha sacudido el panorama político y social estadounidense, marcando un nuevo capítulo en la vida de un líder cuya salud ya había sido motivo de atención durante sus últimos años en el poder.

Según la información oficial, el cáncer fue detectado tras una serie de síntomas urinarios que llevaron a realizar pruebas clínicas a principios de mes. Los análisis revelaron una puntuación de Gleason de 9, lo que indica un tumor de alta agresividad. Además, se confirmó que la enfermedad se ha diseminado a los huesos, un signo claro de metástasis avanzada. A pesar del diagnóstico, sus médicos señalan que el cáncer responde a la terapia hormonal, lo que permite considerar diferentes vías de tratamiento como cirugía, radioterapia o bloqueo hormonal.

La revelación de la enfermedad de Biden se produce apenas cuatro meses después de dejar la presidencia, una etapa que estuvo marcada por la polémica y por las constantes dudas sobre su estado físico y mental. Durante su segundo mandato, especialmente en 2024, aumentaron los señalamientos sobre su capacidad para ejercer el cargo. La situación se agravó tras una investigación judicial sobre su manejo de documentos clasificados y un debate electoral donde mostró signos de deterioro cognitivo. Estos factores lo llevaron finalmente a renunciar a la carrera por la reelección, cediendo el liderazgo del Partido Demócrata a la entonces vicepresidenta Kamala Harris, quien fue derrotada por Donald Trump en las elecciones de noviembre.

Desde su salida del poder, Biden había optado por una vida más reservada en su residencia de Delaware, limitando sus apariciones públicas y entrevistas. En sus últimas declaraciones, defendió su capacidad mental y física, y se mostró confiado en que aún tenía mucho que aportar. Sin embargo, sus allegados reconocen ahora que los síntomas comenzaron a manifestarse a inicios de este año, aunque no se sospechó de un cáncer tan avanzado hasta hace pocas semanas.

La noticia ha desencadenado una ola de solidaridad y mensajes de apoyo por parte de figuras políticas de todos los sectores. El propio Donald Trump, su histórico rival, publicó un mensaje en su red Truth Social expresando sus mejores deseos: "Melania y yo estamos profundamente entristecidos por conocer el diagnóstico del presidente Biden. A pesar de nuestras diferencias, le deseamos una pronta recuperación y fuerza en este difícil momento". Kamala Harris también se pronunció, asegurando que "Joe es un luchador. Lo ha sido siempre, desde Scranton hasta la Casa Blanca. Estoy convencida de que enfrentará esta batalla con la misma determinación que ha mostrado toda su vida". Barack Obama, amigo personal de Biden, sumó su voz: "Michelle y yo estamos pensando en Joe y en Jill. Todo nuestro cariño para ellos en este momento tan complicado".

Aunque Biden ya no ocupa cargos públicos, su figura sigue teniendo una gran carga simbólica para millones de estadounidenses. Su lucha contra esta enfermedad, a los 82 años, se convierte ahora en una historia de superación personal que trasciende la política. El ex presidente no es ajeno al dolor ni a la enfermedad: en 1988 fue operado de dos aneurismas cerebrales y en 2015 perdió a su hijo Beau por un tumor cerebral, una tragedia que lo marcó profundamente.

El diagnóstico de cáncer de próstata metastásico, aunque grave, no es necesariamente sinónimo de desenlace inmediato. Los avances médicos actuales permiten extender la esperanza de vida incluso en etapas avanzadas, si el tratamiento es eficaz y bien tolerado. Biden y su familia están actualmente evaluando las opciones terapéuticas junto a su equipo médico. Las próximas semanas serán decisivas para determinar el alcance real de la enfermedad y el plan de acción más adecuado.

Joe Biden, que dedicó más de medio siglo al servicio público, enfrenta ahora una de las batallas más difíciles de su vida. Su fortaleza emocional, demostrada a lo largo de décadas de tragedias personales y desafíos políticos, será clave en este nuevo tramo. Para muchos estadounidenses, independientemente de su ideología, su lucha contra el cáncer será vista como una prueba más de su resistencia y de su capacidad de inspirar en medio de la adversidad.

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