España vive un auténtico boom inmobiliario en el primer semestre de 2025. La inversión total alcanzó los 5.600 millones de euros, un 32% más que en 2024, impulsada sobre todo por la recuperación del sector de oficinas, que creció un 105% interanual. Con tipos de interés bajos y un mercado que reclama activos prime y sostenibles, las perspectivas para el resto del año siguen siendo optimistas.
El primer semestre, el segmento de oficinas atrajo 1.600 millones de euros, representando el 28% del total invertido. Se destacan operaciones de gran volumen como la de Colonial en Deeplabs (400 millones), la compra de Diagonal Garden en Barcelona por Pontegadea (225 millones) o la adquisición de la sede de Nestlé en Esplugues por Acciona (65 millones). Además, se invirtieron 224 millones en oficinas obsoletas para transformarlas en viviendas y hoteles, una tendencia que gana fuerza ante la falta de suelo disponible y la presión de la demanda residencial.
Un reciente informe publicado por JLL, consultoría y asesoría de servicios inmobiliarios, revela que el 44% del parque de oficinas de Madrid y Barcelona está obsoleto. Para revertir esta situación y adaptarlo a los estándares actuales de sostenibilidad y eficiencia energética, se requieren 14.500 millones de euros. Este desafío está generando oportunidades para inversores y promotores que ven en la rehabilitación de activos una vía rentable para colocar capital y rentabilizar inversiones en un entorno de mercado favorable.
El crecimiento no se limita a las oficinas. El sector logístico creció un 127%, gracias al auge del comercio electrónico y la necesidad de modernizar infraestructuras. El retail sumó 920 millones en el primer trimestre (+43%) y el segmento living (residencial en alquiler, activos sociosanitarios, coliving) alcanzó los 740 millones solo en los primeros tres meses, con un aumento del 216%. Según JLL, estos datos confirman un dinamismo que sitúa a España por delante de otros mercados europeos en ritmo de crecimiento.
De cara al segundo semestre, se prevé un incremento adicional de entre el 15% y el 20%, con el foco puesto en el sector de oficinas, especialmente en el prime, y en la reconversión de activos hacia nuevos usos.
El contexto económico estable, el crecimiento del turismo y la demanda de viviendas de calidad empujan a los inversores a reforzar sus carteras en el país. España confirma así su atractivo como destino seguro en un escenario global marcado, cada vez más, por la incertidumbre y los retos geopolíticos.
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