La producción del sector servicios ha experimentado un notable incremento del 5,4% interanual en junio, según los datos publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta tasa supera en 2,7 puntos la del mes anterior y confirma la fortaleza de un sector que, impulsado principalmente por el comercio, encadena ya doce meses consecutivos de crecimiento interanual.
El índice de producción del sector servicios es uno de los termómetros más inmediatos de la economía española. Se publica con periodicidad mensual y permite seguir en tiempo real la evolución del valor añadido generado por las actividades del sector servicios de mercado, que suponen más de dos tercios del PIB nacional y concentran el grueso del empleo.
Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, la producción creció un 4,2% interanual, cinco décimas más que en mayo, lo que supone 21 meses seguidos de tasas positivas. En términos mensuales, la actividad se expandió un 0,2% respecto a mayo, aunque este avance es tres décimas menor al del mes anterior.
El dato confirma la resiliencia del sector servicios en un contexto de inflación todavía elevada y de tipos de interés que encarecen la financiación para empresas y consumidores. La expansión está liderada por el comercio, tanto mayorista como minorista, beneficiado por la recuperación del consumo interno y el empuje del turismo en plena temporada alta. Restauración, transporte y alojamiento también han mostrado un dinamismo notable, lo que refleja la importancia del verano para la economía española.
Los analistas señalan que este crecimiento no es homogéneo. Mientras actividades como el turismo y la hostelería viven un repunte de la demanda, otros subsectores más dependientes de la inversión empresarial, como las telecomunicaciones o los servicios profesionales, avanzan a un ritmo más contenido.
Desde el punto de vista laboral, la fortaleza del sector servicios se traduce en creación de empleo, aunque con un matiz relevante: gran parte de los contratos siguen siendo de carácter temporal y ligados a la estacionalidad. La hostelería, por ejemplo, aporta un número significativo de nuevos puestos de trabajo, pero con condiciones marcadas por la temporalidad y la rotación.
A medio plazo, el gran reto es que este crecimiento se consolide en actividades de mayor valor añadido, menos dependientes del ciclo turístico y del consumo interno. Sectores como la consultoría, la logística avanzada o los servicios digitales podrían convertirse en motores estables de crecimiento, pero requieren inversión, innovación y formación de capital humano.
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