Jesús Díaz Valiño, conocido como Suso Díaz, falleció este martes a los 80 años. Natural de Ferrol, fue una figura destacada del movimiento obrero en Galicia y desempeñó un papel clave en la consolidación de Comisiones Obreras (CCOO) en la comunidad durante las décadas finales del siglo XX. Militante antifranquista desde joven y secretario general de CCOO Galicia durante ocho años, su trayectoria sindical dejó una marca profunda en la historia reciente del sindicalismo gallego. Además, era padre de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuya formación política y compromiso social se forjaron en ese entorno familiar.
Nacido en 1944 en una ciudad con fuerte arraigo industrial, Suso Díaz se incorporó a los astilleros de Astano con tan solo 14 años. Allí comenzó a tomar conciencia de las condiciones laborales de su tiempo y, en 1962, participó en su primera huelga. Poco después se integró en las entonces clandestinas Comisiones Obreras, enfrentándose a la dictadura franquista desde el activismo sindical. Su militancia lo llevó a prisión en varias ocasiones. La primera detención fue en 1969, y en 1972 volvió a ser encarcelado tras los sucesos del 10 de marzo en Ferrol, cuando la represión policial contra una protesta obrera causó la muerte de dos trabajadores. Aquellos hechos marcaron profundamente a Díaz, que durante toda su vida defendió el papel protagonista que tuvo Galicia en la lucha obrera y antifranquista.
Tras la legalización de los sindicatos, participó en la fundación de la Unión Nacional de CCOO de Galicia en 1978 y formó parte de su Comité Ejecutivo. En 1992 fue elegido secretario general del sindicato en Galicia, cargo que ocupó durante ocho años, hasta el año 2000. En ese periodo se fortalecieron las estructuras sindicales, se fundó la Fundación 10 de Marzo, y se dio impulso al reconocimiento institucional de esa fecha como el Día da Clase Obreira Galega.
Después de dejar la primera línea organizativa, siguió colaborando activamente en causas sociales y sindicales. No se alejó del activismo ni del compromiso político, participando regularmente en actos, manifestaciones y debates que consideraba necesarios. Su contribución fue reconocida con varios galardones, como el Premio 10 de Marzo de CCOO en 2010 y, más recientemente, el premio de la Fundación Luís Tilve de UGT-Galicia en 2024.
Diversas voces del ámbito sindical y político en nuestro país han lamentado su fallecimiento. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, lo ha recordado como "uno de aquellos militantes antifranquistas que dieron todo por las libertades". También lo han hecho María Jesús Montero, Pablo Iglesias o Reyes Maroto, quienes subrayan su coherencia y compromiso durante toda su vida.
