El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha acordado suspender durante 30 días los ataques contra infraestructuras energéticas en Ucrania tras mantener una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump. Esta decisión supone un punto de inflexión en el conflicto, que ha tenido un impacto devastador en la red eléctrica y energética de Ucrania, afectando a millones de civiles y sectores clave de su economía.
Según ha informado la Casa Blanca en un comunicado oficial, ambos líderes han coincidido en que "el camino hacia la paz comenzará con un alto el fuego en materia de energía e infraestructura". Además, se han comprometido a abrir canales de negociación para abordar otros aspectos del conflicto, incluyendo una posible tregua en el mar Negro y la posibilidad de avanzar hacia un alto el fuego total.
El anuncio ha generado una mezcla de esperanza y escepticismo en la comunidad internacional. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha manifestado su apoyo a cualquier medida que reduzca la intensidad del conflicto, pero ha advertido que la tregua en infraestructuras no debe interpretarse como una concesión. "Si bien cualquier pausa en los ataques es bienvenida, seguimos exigiendo la retirada completa de las tropas rusas de nuestro territorio", declaró en un mensaje difundido en redes sociales.
El Kremlin, por su parte, ha dejado claro que la continuidad de la tregua dependerá de que Ucrania y sus aliados occidentales cumplan ciertas condiciones, entre ellas la limitación del suministro de armas y apoyo militar por parte de la OTAN. Esta postura ha generado preocupación en Kiev y en las capitales europeas, ya que podría interpretarse como un intento de presionar a Ucrania para reducir su capacidad defensiva.
Negociaciones en Oriente Próximo y una posible tregua en el mar Negro
Como parte del acuerdo alcanzado en la conversación, Trump y Putin han acordado iniciar negociaciones de inmediato en Oriente Próximo, con el objetivo de explorar vías diplomáticas para desescalar el conflicto. Arabia Saudí ha sido mencionada como un posible lugar para la celebración de futuras rondas de diálogo, dada su reciente implicación en conversaciones entre representantes de Rusia, Estados Unidos y Ucrania.
Uno de los puntos clave en la agenda será la situación en el mar Negro, donde los constantes ataques a barcos comerciales y militares han afectado la economía global y el abastecimiento de cereales. La posibilidad de una tregua en esta zona es vista como un paso crucial para evitar una mayor crisis alimentaria mundial, especialmente en países dependientes de las exportaciones agrícolas ucranianas.
También se ha anunciado un intercambio de 175 prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania, programado para el próximo miércoles. Este tipo de acuerdos han sido escasos en los últimos meses, lo que refuerza la idea de que existe una oportunidad, aunque frágil, para la distensión.
El anuncio ha sido recibido con cautela por la comunidad internacional. La Unión Europea ha señalado que seguirá apoyando a Ucrania en su defensa, pero ha instado a Rusia a extender la tregua y permitir la reconstrucción de las infraestructuras destruidas. China, que ha intentado mantener una posición neutral en el conflicto, ha respaldado la medida y ha alentado a ambas partes a continuar con el diálogo.
El Ibex 35 se recupera un 1,7% mientras se centran en las negociaciones sobre Ucrania