El gobierno de Pedro Sánchez se enfrenta a una significativa fuga de perfiles económicos, que debilita a uno de los principales pilares de su gestión. Tras la reciente salida de Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, ahora José Luis Escrivá y Teresa Ribera también dejan el Ejecutivo. Escrivá, pieza clave en la reforma del sistema de pensiones, asumirá la gobernanza del Banco de España, mientras que Ribera, arquitecta de la política climática española, se perfila como candidata a Comisaria Europea. Estas salidas suponen un reto considerable para el Gobierno en un momento de alta polarización y desafíos económicos.
Escrivá, ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública de España -antes Ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones- toma las riendas como gobernador del Banco de España. Así, Pedro Sánchez rompe la tradición -era una norma no escrita, sin embargo, pero que a lo largo de la democracia se llevaba haciendo como deferencia- de pactar con el partido líder de la oposición e impone al ministro, a pesar de que los populares advirtieron que no apoyarían a este perfil. Por otro lado está Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y figura clave en el gobierno de Sánchez, propuesta como candidata a Comisaria Europea por España.
Escrivá, nuevo gobernador del Banco de España (con polémica incluida)
El nombramiento de Escrivá como gobernador del Banco de España es particularmente significativo, ya que es la primera vez en 45 años de democracia que un miembro del Ejecutivo ocupa este cargo. Este tipo de transiciones genera preocupación sobre la independencia del Banco Central y su papel en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), crucial para mantener una política monetaria estable y libre de presiones políticas. Las críticas han surgido, especialmente desde la oposición, que considera problemático que un ex ministro dirija la principal institución económica del país. "No se puede pasar de un ministerio a dirigir el Banco de España", ha escrito en X el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
A Escrivá le sustituirá el director de Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López. López será el nuevo ministro de Transformación Digital y Función Pública, según ha adelantado El País. Y López, a su vez, Diego Rubio, actual secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica de la Presidencia del Gobierno.
López relevó en 2021 a Iván Redondo como jefe de Gabinete de Pedro Sánchez. Con anterioridad, fue secretario de Organización del PSOE (entre 2012 y 2014) y estuvo con el jefe del Ejecutivo en su primera etapa, antes de volver a la primera línea de Moncloa tras un alejamiento entre ambos. Entre julio de 2018 y hasta el mismo mes de 2021, López fue presidente de Paradores.
José Luis Escrivá, frente al reto de gobernar el Banco de España: ¿tecnócrata o político?
Por su parte, José Luis Escrivá asumió su cargo en enero de 2020, con una hoja de ruta ambiciosa enfocada en la reforma del sistema de pensiones, un tema históricamente delicado en España. Su gestión ha estado marcada por un esfuerzo continuado por asegurar la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social en un país con una pirámide poblacional invertida y una esperanza de vida elevada. Una de sus medidas más destacadas fue la reforma del sistema de pensiones, que incluía la introducción del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), diseñado para compensar el déficit de la Seguridad Social.
Esta medida, aunque necesaria para muchos expertos, generó un amplio debate, especialmente entre los sindicatos y organizaciones de jubilados, que consideraban que podría ser perjudicial para los futuros pensionistas. Además, Escrivá también impulsó la extensión del período de cálculo de las pensiones, una propuesta que generó críticas por parte de sectores que la veían como una forma de reducir las prestaciones.
Otro aspecto relevante de su mandato fue la gestión de las migraciones, especialmente durante la pandemia y la crisis humanitaria en Canarias, donde el incremento de llegadas de inmigrantes en patera puso en jaque al sistema de acogida. Escrivá defendió la necesidad de una respuesta coordinada y solidaria en Europa, aunque las críticas por la falta de recursos y la saturación de centros de acogida fueron constantes.
Teresa Ribera: El compromiso ecológico y retos del cambio climático
Teresa Ribera ha sido fundamental en la implementación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), orientado a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Ha liderado la política ambiental, incluyendo la eliminación del "impuesto al sol" y la promoción de energías renovables. Su mandato, sin embargo, no ha estado exento de controversias, como la gestión de los precios de la electricidad y la polémica sobre la obligatoriedad de las mascarillas al aire libre en 2021, que fue criticada por su efectividad y su impacto en la vida diaria.
Ribera fue la arquitecta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que trazó la estrategia para que España alcanzara la neutralidad climática en 2050. Hasta ahora, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha sido la responsable de liderar la política ambiental y energética de España, enfocándose en la transición hacia una economía más sostenible y la lucha contra el cambio climático. Durante su mandato también ha gestionado la respuesta climática de España en foros internacionales, como la Cumbre del Clima de la ONU en 2019, y ha jugado un papel destacado en la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de 2021. No obstante, su gestión también ha enfrentado críticas, especialmente de sectores industriales y energéticos que se han visto afectados por sus políticas.
Su mandato no ha estado exento de polémicas. Uno de los episodios más controvertidos fue la gestión del precio de la electricidad, que alcanzó máximos históricos en 2021 y 2022, provocando malestar social y críticas tanto desde la oposición como desde sectores de la izquierda que consideraban insuficientes las medidas del Gobierno para proteger a los consumidores. Ribera respondió con medidas como el tope al precio del gas y la intervención en el mercado eléctrico, pero estas acciones no lograron acallar las críticas por completo.
Además, Ribera se enfrentó a la tarea de equilibrar la protección del medio ambiente con los intereses económicos, especialmente en zonas rurales afectadas por la despoblación. Su enfoque hacia la transición ecológica, aunque aplaudido internacionalmente, fue criticado por quienes consideraban que no se estaban teniendo en cuenta suficientemente los efectos sociales y económicos de las políticas medioambientales.
En definitiva, ambos cambios en el gabinete obligan al presidente a reestructurar su equipo y buscar perfiles que, además de mantener el rumbo de las políticas ya iniciadas, aporten nuevas ideas y soluciones en un entorno político altamente polarizado.
