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Trump anuncia un acuerdo inicial de paz entre Israel y Hamás

El presidente de Estados Unidos anuncia que esta primera fase incluye el alto el fuego, la liberación de los rehenes y la retirada parcial de las tropas en Gaza

Por Marta Díaz de Santos

En un giro inesperado que sacude el tablero geopolítico de Oriente Medio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Israel y Hamás han firmado la primera fase de un acuerdo de paz para poner fin al conflicto en Gaza. El anuncio ha sido recibido con una mezcla de esperanza, escepticismo y cautela por parte de la comunidad internacional.

Según apuntan medios como Reuters y Associated Press, el pacto incluye un alto el fuego temporal, la liberación de una veintena de rehenes israelíes y la retirada parcial de tropas israelíes hacia una "línea de repliegue inicial" dentro de Gaza. A cambio, Israel liberará unos 250 presos palestinos con cadena perpetua y más de 1.700 detenidos desde octubre de 2023.

"Es un gran día para el mundo" - Donald Trump

La primera frase de un plan de paz

El acuerdo, mediado por Qatar, Egipto y Turquía, se presenta como la primera fase de un plan de paz más amplio que Trump comenzó a promover en septiembre y que aspira a incluir, en etapas posteriores, el desarme de Hamás, la reconstrucción de Gaza y un nuevo marco político de gobernanza palestina supervisado por observadores internacionales.

La llamada fase uno del acuerdo contempla un cese de hostilidades inmediato, un intercambio controlado de prisioneros y rehenes, y la apertura limitada de corredores humanitarios para la entrada de ayuda a Gaza. The Guardian señala que Israel cedería control sobre aproximadamente un 70 % del territorio gazatí durante esta etapa inicial, aunque las condiciones exactas aún no se han hecho públicas.

Fuentes diplomáticas citadas por The New York Times advierten que las negociaciones de última hora han sido extremadamente tensas. La inclusión de Hamás en un proceso formal, incluso sin reconocimiento político, ha sido uno de los puntos más controvertidos para el gobierno israelí.

El anuncio llega justo dos años después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejó más de 1.200 muertos en Israel y dio inicio a una de las ofensivas más destructivas en la historia reciente de Gaza. Desde entonces, la guerra ha provocado más de 35.000 muertos palestinos, según cifras de Naciones Unidas, y ha desplazado a gran parte de la población civil.

Las sucesivas rondas de negociaciones mediadas por Egipto, Qatar y Estados Unidos se habían estancado una y otra vez por desconfianza mutua y discrepancias sobre las condiciones para el alto el fuego. En septiembre de 2025, Trump presentó su plan de paz en 20 puntos. Fue recibido con escepticismo en gran parte de la comunidad internacional, pero en las últimas semanas habría logrado avances concretos tras reuniones discretas en Doha y El Cairo.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu califica el acuerdo como" una oportunidad para recuperar a nuestros rehenes y garantizar la seguridad de Israel", aunque subraya que su aprobación definitiva dependerá del gabinete de seguridad. No todos los miembros del gobierno israelí están de acuerdo: el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, criticó duramente la iniciativa y visitó la Explanada de las Mezquitas en señal de protesta, declarando que "Hamás debe ser destruido, no premiado con acuerdos".

La ONU, la Unión Europea y varios gobiernos de países árabes como Jordania y Egipto han celebrado el anuncio como "un paso positivo hacia una paz real". Emmanuel Macron ha instado a las partes a "no dejar que el cinismo o la revancha arruinen esta oportunidad". En Washington, la Casa Blanca ha emitido un comunicado breve en el que "aplaude los esfuerzos diplomáticos liderados por el presidente Trump".

El futuro del acuerdo dependerá de las próximas 72 horas

Aunque el anuncio ha generado titulares esperanzadores, los obstáculos para su implementación son numerosos. Se necesita un mecanismo internacional de verificación del alto el fuego, con garantías para ambas partes; el desarme de Hamás sigue siendo el punto más delicado; el futuro político de Gaza no está definido; y la reconstrucción del enclave, devastado por años de guerra, requerirá más de 40.000 millones de dólares según cálculos de agencias internacionales. Además, tanto en Israel como en Gaza existen sectores internos dispuestos a sabotear el proceso.

Mientras sus seguidores hablan de un "momento histórico", sus críticos señalan la falta de transparencia en las negociaciones y la posible instrumentalización política del proceso. Aun así, diplomáticos en Washington reconocen que Trump ha logrado algo que parecía imposible hace apenas unos meses: sentar a Israel y Hamás en torno a un marco de paz viable, aunque sea parcial y frágil.

El futuro del acuerdo dependerá de las próximas 72 horas, cuando se espera la liberación de los primeros rehenes y la retirada inicial de tropas israelíes. Los ciudadanos en Gaza y las familias israelíes de los secuestrados observan con una mezcla de miedo y esperanza. El desafío ahora es convertir esta tregua en algo más que un gesto simbólico.

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