Donald Trump anunciaba este miércoles que él y su homólogo ruso, Vladímir Putin, han acordado iniciar de inmediato negociaciones para poner fin al conflicto en Ucrania. Tras una conversación telefónica de aproximadamente 90 minutos, el presidente de Estados Unidos afirmó: "Queremos detener los millones de muertes que se están produciendo en la guerra con Rusia-Ucrania". Además, señaló que informará al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sobre los detalles de su diálogo con Putin.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha confirmado la conversación entre ambos y ha destacado que estos líderes discutieron la posibilidad de alcanzar una solución pacífica al conflicto. Según Peskov, Putin enfatizó la necesidad de abordar las causas profundas de la guerra y coincidió con Trump en que una solución duradera puede lograrse mediante negociaciones.
Sin embargo, las propuestas de Trump han generado críticas. El embajador de Ucrania en Australia, Vasyl Myroshnychenko, advirtió que el plan de Trump podría equivaler a una política de apaciguamiento similar al Acuerdo de Múnich de 1938. Myroshnychenko enfatizó que Ucrania nunca cederá voluntariamente territorio a Rusia y que tales concesiones podrían sentar un precedente peligroso a nivel global.
Además, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha declarado que restaurar las fronteras de Ucrania previas a 2014 es un objetivo "poco realista" y que buscarlo solo prolongaría la guerra y causaría más sufrimiento.
Estas declaraciones han generado preocupación en Kiev, donde las autoridades temen que Estados Unidos y Rusia puedan negociar el futuro de Ucrania sin su participación directa. El presidente Zelenski ha insistido en que cualquier negociación debe incluir a Ucrania y que su país no aceptará la pérdida permanente de territorio.
Por otro lado, los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, España y Polonia han subrayado que la paz en Ucrania debe alcanzarse con la participación directa de los ucranianos y de Europa. Han insistido en que no se puede decidir nada sobre Ucrania sin su implicación y que la seguridad europea está intrínsecamente ligada a la resolución del conflicto.
