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La apuesta de futuro de una tabaquera que ya no quiere vender cigarrillos

La compañía atribuye el 38% de sus ingresos en el segundo trimestre del año a su negocio libre de humo

Por Redacción Capital

En 1847, Philip Morris abrió una tienda en Bond Street, en Londres. Tan solo era un estanco donde Morris quería vender tabaco y cigarrillos preparados. Desde entonces, el timón de Philip Morris ha girado en varias ocasiones para convertirse en una compañía que lleva décadas transformándose y ya no vende cigarrillos. 

"Es hora de que el cigarrillo pase a la historia", señala Jacek Olczak, CEO de Philip Morris International (PMI). Pero hasta ese punto, la compañía ha pasado por diversos hitos que la han llevado hasta su adiós a los cigarros. Fue en 1919 cuando se trasladó a Estados Unidos, concretamente a Virginia y, en la siguiente década, decide fabricar cigarrillos. 

El "futuro libre de humo" del que habla Olczak empieza a vislumbrarse en la década de 1950, cuando Philip Morris se prepara para expandirse mundialmente. Tras la consolidación de la empresa, nace una división interna con el objetivo de fabricar y comercializar productos en todo el mundo. 

El punto culminante llega en 2001, con la mudanza de Philip Morris a Suiza. "La evidencia científica es clara, las alternativas sin humo pueden acelerar el fin del cigarrillo y el mundo tiene que actuar ahora para ayudar a que los fumadores se pasen a mejores alternativas", dice el CEO de PMI. Sus declaraciones son actuales, pero el convencimiento de la compañía procede de ese traslado, cuando la empresa comienza el desarrollo de productos sin humo. 

Jacek Olczak, CEO de PMI: "Es hora de que el cigarrillo pase a la historia"

Hace más de 15 años que esta compañía decidió abordar el impacto negativo que tenían sus productos en la salud. Así, empezó una gran transformación sin precedentes en la industria para conseguir un futuro libre del humo de los cigarrillos, apostando por la creación de alternativas que eliminen la combustión. Y ¿por qué eliminar la combustión? Porque lo dañino de fumar está precisamente en el humo del cigarrillo que se genera al quemarlo.  

Para abordar la cuestión, PMI inaugura en 2009 un centro de investigación en Suiza. Este nuevo espacio, conocido como ‘El Cubo’ y situado en la localidad de Neuchâtel, reúne a físicos, biólogos, químicos, médicos, epidemiólogos y científicos del comportamiento, entre otros, que desempeñan un papel crucial en la construcción de un futuro sin humo.  

A esta inauguración la sigue la de un laboratorio en Singapur el año siguiente. Y no pasa mucho tiempo hasta que los resultados de esta investigación se dejan ver. Así, en 2014 ve la luz en Italia y Japón el primer dispositivo para tabaco calentado. 

Es precisamente en Italia donde PMI invierte 500 millones de euros para construir su primera fábrica a gran escala de dispositivos para tabaco calentado. Allí se desarrollan productos alternativos que eliminan la combustión y, por tanto, el humo gracias a sus sistemas electrónicos que permiten calentar las sustancias sin llegar a quemarlas.  

Al calentar y no quemar, lo que producen estas alternativas es un aerosol o vapor esencialmente diferente al humo del cigarrillo, ya que emiten niveles medios significativamente menores de sustancias químicas nocivas o potencialmente nocivas en comparación con el humo del cigarrillo. 

La evidencia científica acompaña las investigaciones de PMI y en 2018 presenta a la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) un millón de páginas que constatan esa realidad. Dos años después, en 2020, la autoridad estadounidense da el visto bueno para comercializar los dispositivos de PMI para tabaco calentado y concluye que "cambiar totalmente de cigarrillos convencionales a este producto reduce significativamente la exposición física a sustancias químicas dañinas o potencialmente dañinas”. 

PMI inaugura en 2009 ‘El Cubo’, el espacio de investigación que persigue construir un futuro sin humo

Entre estas alternativas encontramos los dispositivos para tabaco calentado y los vapeadores, entre otros. En concreto, en Philip Morris esto ha sido posible gracias a la importante inversión en ciencia e investigación de más de 12.500 millones de dólares y gracias al trabajo de más de 1.500 científicos y expertos en sus dos centros de I+D en Suiza y Singapur. 

El año pasado, el 74% de la labor comercial de PMI se destinó a productos sin humo. Mientras, la inversión en I+D en estos productos se cifra en el 99%. El resultado es que la compañía atribuye el 38% de sus ingresos en el segundo trimestre del año a su negocio libre de humo. De hecho, sus productos sin humo se encuentran presentes en 90 mercados.  

Siguiendo esa senda, PMI aspira a que dos tercios de sus ingresos provengan del negocio libre de humo en 2030. De conseguir su objetivo, la línea que sigue PMI busca una transformación del negocio del tabaco. Moira Gilchrist, presidenta global de Comunicación de PMI, subraya que la empresa está trabajando "en reducir la demanda de cigarrillos a largo plazo, con lo que nos aseguramos de que el descenso del consumo de tabaco continúe". 

Por el contrario, si simplemente dejasen de vender cigarrillos, eso no cambiaría nada, en tanto que "la demanda seguirá existiendo y otros simplemente la cubrirán", reflexiona Gilchrist. Por ello, Stefano Volpetti, presidente de Productos Inhalados Libres de Humo y director general de Consumo de PMI, cree que los datos dan "una imagen clara del cambio que estamos impulsando: en primer lugar, ofreciendo una gama de mejores alternativas a los fumadores adultos y, en segundo lugar, acelerando el fin de los cigarrillos". 

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