La medición de agentes físicos, químicos y biológicos en el trabajo es mucho más que un requisito legal: es la base para evitar enfermedades profesionales y anticiparse a nuevos riesgos. Alberto Cabrero Martín, consultor de la especialidad de Higiene Industrial en Quirónprevención, explica por qué , centrados en el cuidado real de las personas y su bienestar.
¿Por qué es importante medir los agentes físicos, químicos y biológicos en los lugares de trabajo?
La higiene industrial es la ciencia de proteger la salud de las personas trabajadoras a través del control del ambiente de trabajo. El higienista industrial aplica técnicas sistematizadas para cuantificar el nivel de riesgo asociado a los factores que determinan la aparición de una enfermedad profesional. Estas técnicas se basan en métodos científicos que buscan garantizar resultados objetivos y reproducibles durante la medición de un determinado agente (físico, químico y/o biológico).
La valoración de los riesgos por exposición a agentes físicos, químicos y/o biológicos requiere metodologías específicas, que implican la realización de mediciones de parámetros que relacionan las concentraciones o intensidades de la exposición presente en el ambiente laboral, con el mayor o menor efecto perjudicial de estos agentes sobre el organismo.
¿Cuáles son los agentes más comunes a los que se exponen los trabajadores en distintos sectores?
En la industria cerámica, destaca la exposición a sílice cristalina respirable, disolventes y barnices que contienen metales pesados, además del ruido de los procesos de molienda. En la industria del automóvil, predomina la exposición a compuestos orgánicos volátiles procedentes de tratamientos de superficies metálicas y de la aplicación de pinturas y disolventes, así como a humos de soldadura.
En la industria agroalimentaria, además del ruido y las vibraciones procedentes de la maquinaria agrícola, puede aparecer el riesgo de exposición a agentes biológicos como las micotoxinas procedentes de la proliferación de hongos durante el almacenamiento del grano.
¿Cómo se determina qué agentes deben medirse en un centro de trabajo?
Para establecer qué agentes deben medirse en un centro de trabajo se analizan los factores ambientales que intervienen en la actividad, permitiendo reconocer o identificar las situaciones de riesgo existentes en el ambiente laboral que pueden dañar la salud de las personas trabajadoras.
Los agentes que se van a identificar y/o medir se clasifican en: agentes químicos (gases, vapores, polvo…), agentes físicos (ruido, vibraciones, campos electromagnéticos...) y agentes biológicos (virus, bacterias, hongos...).
Una vez identificados los riesgos se procede a su evaluación, de modo que se pueda concluir sobre el estado de una situación de riesgo predeterminada. Para ello se recopila información sobre las tareas, tiempos de exposición, posibilidad de efectos aditivos, etc., todo ello sistematizado mediante un criterio de evaluación y una metodología de muestreo y análisis en su caso.
En términos generales, ¿qué tipo de instrumentos o métodos se utilizan para medir la exposición de los trabajadores?
Los equipos más utilizados para la medición de agentes químicos y físicos son: bomba de muestreo (agentes químicos en aire), sonómetro y dosímetro (ruido), vibrómetro (vibración), termohigrómetro (estrés térmico por frío o calor), luxómetro (iluminación) y medidor de campos electromagnéticos (intensidad de campo eléctrico y magnético).
En la determinación de agentes químicos ambientales normalmente se emplean bombas de muestreo que trabajan a un determinado caudal de aspiración. A partir de ese caudal y del tiempo que dura la medición se calcula el volumen aspirado y, con este volumen y los resultados de concentración facilitados por el laboratorio, se obtiene la concentración de un determinado contaminante en ese entorno laboral.
¿Con qué frecuencia deberían realizarse estas mediciones y quién debe llevarlas a cabo?
La periodicidad con la que se deben realizar estas mediciones viene establecida en la normativa de referencia para cada tipo de agente (físico, químico o biológico) y según la intensidad y frecuencia de la exposición. Se deberá revisar la evaluación cuando se hayan detectado daños a la salud o se haya apreciado, a través de los controles periódicos, que las actividades de prevención pueden ser inadecuadas o insuficientes, o cuando se haya producido una modificación en las condiciones de exposición.
En general, estas evaluaciones de riesgo que requieren del establecimiento de una estrategia de muestreo han de ser llevadas a cabo por un Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales con la especialidad en Higiene Industrial.
¿Qué indicadores o resultados principales se analizan para saber si una exposición es segura o peligrosa?
Los indicadores o criterios de referencia empleados para establecer si una exposición es segura o no dependen del agente de que se trate:
Agentes químicos, para la evaluación de la exposición a agentes químicos por vía inhalatoria se utiliza preferentemente la medición en aire, mediante toma de muestras en la zona de respiración del trabajador. A partir de la concentración ambiental y del tiempo de exposición se calcula la exposición diaria (ED) referida a una jornada estándar de 8 horas, que se compara con el valor límite ambiental (VLA, TLV).
Agentes físicos. Es necesario distinguir el tipo de energía que tiene la capacidad de causar daños en la salud de los trabajadores:
- Ruido. Se cuantifica mediante el nivel de presión sonora equivalente y el nivel de pico. Según el tiempo de exposición se calcula el nivel de exposición diario equivalente, que se compara con niveles de acción y valores límite.
- Vibraciones. La intensidad de la vibración se cuantifica a través de la aceleración eficaz, que se compara con el nivel de acción y el valor límite según se trate de vibración de cuerpo entero o mano-brazo.
- Estrés térmico por frío y calor. Se miden variables ambientales y de carga de trabajo que permiten calcular índices para estimar el riesgo.
- Radiaciones no ionizantes (campos electromagnéticos). Se determina la intensidad del campo eléctrico y magnético y se compara con niveles de acción y valores límite.
- Radiaciones ionizantes. Se pueden medir o estimar los niveles de dosis de radiación recibida y comparar con los niveles de referencia establecidos para trabajadores expuestos.
¿Qué suele ocurrir cuando una medición detecta niveles por encima de los recomendados?
Cuando se superan los valores límite o de referencia se activan mecanismos que obligan a tomar medidas para el control del riesgo, que pueden ir desde medidas técnicas hasta medidas organizativas. Estas suelen seguir un orden de prioridad, que va desde las medidas de protección colectiva hasta, cuando resulte necesario, la utilización de equipos de protección individual, pasando por la reducción de los tiempos de exposición o permanencia en las áreas o zonas de riesgo.
¿Podría explicar, de forma sencilla, en qué se diferencia medir un agente físico de uno químico o biológico?
Los agentes físicos, al ser formas de energía (mecánica, calorífica, electromagnética...), se suelen medir mediante equipos de lectura directa (sonómetro, dosímetro, vibrómetro, termoanemómetro, etc.). Los agentes químicos suelen precisar de sistemas de recogida del contaminante en el ambiente (bombas de aspiración) para posteriormente ser analizados en laboratorios acreditados, que facilitan la concentración del contaminante en aire que se comparará con su valor de referencia.
En el caso de los agentes biológicos existen equipos para la medición ambiental y de superficies, pero el método presenta limitaciones que implican la escasa fiabilidad de los resultados, así como la falta de homologación y validación de los métodos disponibles y la ausencia de valores límite numéricos. Por ello se emplean metodologías cualitativas o simplificadas que no precisan de medición.
¿Qué avances o tecnologías recientes están facilitando la evaluación de la calidad del ambiente laboral?
En los últimos años se ha pasado de la recogida de información en hojas de cálculo y protocolos en papel a la utilización de sensores inteligentes, simuladores virtuales y programas de inteligencia artificial que permiten integrar herramientas digitales al servicio del bienestar laboral. Existen cascos de protección que avisan si un trabajador está expuesto a temperaturas peligrosas, dispositivos que miden los latidos del corazón y detectan señales de agotamiento, o sensores en instalaciones que lanzan alertas si hay riesgo de sobreexposición a determinados agentes físicos o químicos.
La robotización de la industria permite que determinadas tareas peligrosas (operaciones de soldadura, manipulación de productos químicos, exposición a radiaciones ionizantes…) dejen de suponer un riesgo para las personas expuestas.
¿Qué mensaje clave daría a empresas y trabajadores sobre la importancia de conocer y medir su entorno laboral?
El objetivo de las mediciones de los contaminantes en el ambiente laboral consiste en la cuantificación del nivel de riesgo por comparación con los niveles o valores límite fijados en la normativa legal o técnica. El fin último siempre debe consistir en buscar las alternativas técnicas disponibles (avances tecnológicos, procedimientos, equipos de trabajo, sustancias alternativas menos tóxicas y/o peligrosas) que permitan reducir al máximo la exposición a estos agentes peligrosos.
Los avances y tecnologías de reciente aplicación en prevención de riesgos laborales suponen un desafío y precisan de consideraciones éticas. La privacidad de los datos recogidos por los programas de inteligencia artificial y la posible sustitución del criterio técnico por algoritmos matemáticos puede suponer la pérdida de la capacidad de observar, actuar y decidir por nosotros mismos.
Los avances tecnológicos deben constituir un apoyo para la gestión de la prevención en la empresa, pero en ningún caso deberían sustituir al criterio y experiencia de las personas al mando.




