Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy, ha señalado la falta de "incentivos reales" para que las empresas avancen en la transición energética, subrayando que aunque la inversión en infraestructuras es fundamental para el crecimiento, requiere un "tiempo de maduración". Durante su intervención en la conferencia World in Progress Barcelona, Reynés destacó la desconexión entre las demandas de la población y lo que las empresas pueden ofrecer actualmente en términos de electricidad.
En el mismo foro, Mariana Mazzucato, profesora en University College London, también compartió su visión, criticando algunas de las políticas promovidas en nombre de la innovación, como las reducciones fiscales y las patentes farmacéuticas, las cuales considera perjudiciales en ciertos casos.
"La transición energética no debe basarse únicamente en la descarbonización", advirtió Reynés, quien también destacó el riesgo de que la seguridad en el suministro energético se vea comprometida, lo que podría tener consecuencias no siempre valoradas en el planteamiento de esta transición.
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Por su parte, Mazzucato subrayó la necesidad de abordar el reto ecológico de forma más amplia, implicando sectores como la alimentación, el transporte y la construcción. Además, destacó la importancia de la colaboración público-privada y la participación activa de los sindicatos en este proceso.
Reynés concluyó aplaudiendo la "visión climática" de Europa, pero advirtió sobre la reticencia de los estados soberanos para aplicar plenamente las políticas necesarias. Ambos expertos coincidieron en la importancia de establecer estructuras de gobernanza eficaces para evitar burbujas económicas derivadas de la transición energética y apostaron por políticas más integrales.