La Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) ha expresado su preocupación sobre la posible aprobación de la reducción de la jornada laboral en los términos presentados, advirtiendo que dicha medida podría resultar en una gran pérdida de competitividad para las empresas. Este cambio, según Aecoc, comprometería la viabilidad de los pequeños negocios y la creación de nuevos puestos de trabajo.
En un reciente comunicado, la Asociación ha instado a que se aborde este asunto de manera integral y seria, en un contexto de diálogo social que permita implementar medidas que favorezcan la conciliación y la flexibilidad horaria, sin poner en riesgo la inversión de las empresas o el futuro del empleo.
La obligación de mantener salarios sin recortes, unida a la reducción de jornada, se traduce en un aumento directo de los costes laborales
Según Aecoc, una reducción brusca y unilateral de la jornada laboral podría amenazar la capacidad de adaptación de muchas empresas, especialmente aquellas que operan en sectores con un alto nivel de intensidad laboral. La Asociación ha destacado que la imposición de mantener los salarios sin recortes, en combinación con una disminución en las horas de trabajo, generaría un aumento considerable en los costes laborales, en un periodo en el que las empresas ya luchan por recuperarse de impactos como la pandemia y la crisis inflacionista.
Aecoc también ha señalado que la falta de un marco flexible que permita una transición gradual limita las opciones de adaptación para los convenios colectivos, restringiendo la posibilidad de reestructurar horarios, turnos y sistemas internos en un entorno económico incierto. En este sentido, ha manifestado que las imposiciones derivadas de la ley, sin ofrecer margen de maniobra, representan un riesgo para la competitividad y el empleo, particularmente para las pymes, el sector primario y empresas con un menor grado de digitalización.
Por todos estos motivos, Aecoc ha solicitado un abordaje riguroso y comprehensivo para el futuro del empleo en España, ofreciendo su disposición a entablar un diálogo constructivo que permita avanzar en la conciliación y la flexibilidad horaria, mientras se abordan problemas persistentes del mercado laboral, como la baja productividad y los niveles de absentismo sin precedentes.
