El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha concluido la campaña de ensayos de valor agronómico de cultivos de invierno, un paso esencial para la inscripción de nuevas variedades vegetales en el registro oficial, lo cual es un requisito indispensable para su posterior comercialización. Durante la campaña 2024-2025, se han evaluado un total de 95 nuevas variedades pertenecientes a 17 especies diferentes. Estos ensayos se realizaron en 131 ubicaciones distintas en toda España, prestando especial atención a los cultivos más representativos, como el trigo blando y la cebada.
El registro de variedades vegetales tiene como objetivo ofrecer a los agricultores semillas de variedades más productivas, de mayor calidad y adaptadas al clima y al suelo de cada región. Con un enfoque en la sostenibilidad, se efectúa una rigurosa evaluación técnica y agronómica. Esta incluye ensayos de campo durante dos campañas consecutivas, análisis de rendimiento, calidad, resistencia a enfermedades y estudios de adaptación agroclimática. La inscripción en el registro depende de que las variedades superen exitosamente estas pruebas en dos campañas consecutivas.
Además de facilitar la innovación en el sector agrario, esta red de ensayos proporciona información valiosa sobre el comportamiento de las variedades en condiciones de estrés climático o sanitario, contribuyendo a los objetivos de sostenibilidad
Los ensayos son llevados a cabo por las comunidades autónomas, mientras que el Ministerio coordina y financia parcialmente el proceso. En el Laboratorio Agroalimentario de Santander se analizan las muestras de cada variedad para evaluar su calidad final. Una vez cosechados todos los ensayos, los resultados son sometidos a un análisis estadístico. En otoño, estos resultados se presentan ante las comisiones nacionales de evaluación, que deciden qué variedades cumplen los requisitos para su registro.
Proyección internacional
Las variedades que logran ser inscritas en el registro nacional pasan a formar parte del Catálogo Común de la Unión Europea (UE), lo que permite su comercialización en todos los estados miembros. Además, si los obtentores lo solicitan, pueden incluirse en el catálogo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que abre la puerta a la exportación hacia terceros países.
