En un movimiento significativo para la política fiscal y urbana de Barcelona, el gobierno del alcalde Jaume Collboni ha logrado asegurar el apoyo de BComú para la aprobación de las ordenanzas fiscales de 2026. Este acuerdo se consolida al comprometerse con un aumento fiscal para los hoteles, limitar tipos de comercio considerados «no deseados» y acelerar la regeneración del barrio del Besòs i el Maresme.
Durante una aparición conjunta ante los medios, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, celebró el consenso logrado: «Es importante que las fuerzas de izquierda nos pongamos de acuerdo. A veces es fácil y a veces no, pero hoy damos un paso adelante». La líder de los Comuns de Barcelona, Janet Sanz, también subrayó la importancia de la cooperación política: «En Barcelona las izquierdas somos mayoría y, cuando hay voluntad política, especialmente de quien gobierna, tenemos acuerdos que pueden mejorar la vida de la gente».
Entre las medidas acordadas, se destaca la subida del tipo específico del IBI para ocio y hostelería, que impactará especialmente a los hoteles de la ciudad. Este incremento será del 1,7% al 1,30%, alcanzando el «máximo legal» permitido por la actual normativa. Además, se está considerando la prohibición de repercutir el IBI a los inquilinos y se propondrá al Gobierno flexibilizar la Ley de Haciendas Locales para permitir un IBI progresivo según el número de propiedades del dueño.
En materia de comercio de proximidad, socialistas y comunes han acordado utilizar las herramientas de los ‘planes de uso’ para limitar las actividades de «bajo valor comercial».
Estas actividades abarcan desde supermercados 24 horas hasta tiendas de móviles y salones de manicura, así como la expansión de franquicias que afectan la diversidad comercial local.
Finalmente, el plan de regeneración del barrio del Besòs i el Maresme se verá acelerado, adoptando nuevas fórmulas municipales y aprovechando los fondos Next Generation, además de buscar la colaboración con la Generalitat.
