La Comisión Europea ha presentado un ambicioso plan de vivienda asequible para hacer frente a la crisis habitacional en Europa, enfocándose en aumentar la financiación, reducir la burocracia y acelerar la construcción de viviendas. Este plan, sin embargo, no incluye límites a los precios del alquiler ni la creación de un fondo común europeo, demandas de países como España. Aunque el Ejecutivo comunitario no planea intervenir directamente en las zonas tensionadas, sí ofrece a los gobiernos herramientas para actuar en las áreas con mayor presión, especialmente en alquileres de corta duración.
La expansión de los alquileres de corta duración ha reducido la disponibilidad de viviendas para residentes locales en varias ciudades, especialmente en zonas urbanas y turísticas. Sin plantear límites europeos, la Comisión se remite al reglamento aprobado en 2024 que entrará en vigor en 2026, buscando reforzar la transparencia y el intercambio de datos entre plataformas y administraciones. Además, se anuncia una futura iniciativa legislativa para ofrecer un marco jurídico claro que facilite la adopción de medidas proporcionales en áreas de alta presión habitacional por parte de autoridades locales.
Construcción de 650.000 viviendas adicionales al año
Otro pilar del plan de la UE es incrementar la oferta de vivienda. Bruselas estima que es necesario construir 650.000 viviendas adicionales al año durante la próxima década, sumado a las 1,6 millones ya construidas anualmente. Para lograrlo, apuesta por reducir la burocracia, acelerar los procesos de planificación y concesión de licencias, y fomentar normas técnicas más armonizadas para disminuir costes y plazos de construcción. También se impulsa una estrategia europea para la construcción que prioriza la productividad del sector y promueve la vivienda modular y prefabricada, crucial para acortar tiempos y costes.
La Comisión Europea reconoce que la crisis de la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas sociales y económicos del continente
En el ámbito financiero, el plan insta a los Estados miembro a reasignar más recursos a la vivienda asequible mediante la revisión de los fondos de cohesión. Se espera movilizar hasta 10.000 millones de euros adicionales en los próximos dos años. Además, se propone una nueva categoría de «vivienda asequible», exenta de notificación previa a la Comisión, lo que facilitaría su financiación bajo las actuales normas de ayudas de Estado.
Desde 2013, los precios de la vivienda han aumentado más de un 60% en la UE, muy por delante del crecimiento de los ingresos de los hogares. Los alquileres han subido alrededor de un 20%. La Comisión afirma que esta crisis afecta a un amplio espectro de la población, incluidos jóvenes, estudiantes y trabajadores esenciales, impactando la competitividad, la cohesión social y los desafíos demográficos del bloque. Con más de un millón de personas sin hogar en la UE, la solución de esta problemática se presenta como urgente.
