La Comisión Europea ha dado un paso significativo en su camino hacia la independencia energética al presentar este martes su estrategia para desvincularse completamente de las importaciones de gas ruso en 2027. Este plan, que se iniciará a finales de 2025, incluye la prohibición de todos los contratos de venta al contado, tanto por gasoducto como de gas natural licuado (GNL).
El comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, fue el encargado de presentar esta estrategia, un compromiso que había sido prometido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante sus primeros 100 días de mandato, aunque se ha postergado en varias ocasiones. Según el Ejecutivo comunitario, esta iniciativa permitirá que, para finales de este año, la Unión Europea reduzca en un tercio los suministros restantes de gas ruso, un porcentaje que ha disminuido del 45% en 2022 al 19% actual.
Las compras de gas ruso de la UE desde 2022 equivalen al precio de 2.400 nuevos cazas F-35 para el Kremlin
Además de la prohibición del gas ruso, la Comisión Europea ha impuesto sanciones que prohíben todas las importaciones de carbón ruso, mientras que las de petróleo han caído desde un 27% a comienzos de 2022 hasta un 3% actual. En el ámbito nuclear, los Estados miembros que utilizan reactores de diseño ruso están avanzando en la sustitución del combustible nuclear de Rusia por el de otros proveedores.
No obstante, Bruselas ha señalado que, a pesar de esta reducción, las exportaciones de energía a la UE continúan constituyendo una fuente significativa de ingresos para Rusia, que podrían ser utilizados para «patrocinar sus brutales acciones bélicas». Jorgensen ha subrayado que el costo de las compras de gas ruso ha proporcionado a Rusia los fondos necesarios para modernizar su flota de aviones de combate.
La estrategia también abarca nuevas restricciones a los contratos de suministro de uranio y otros materiales nucleares provenientes de Rusia, confirmados por la Agencia de Abastecimiento de Euratom (ASE). En cuanto al petróleo, se proponen nuevas medidas para afrontar el fenómeno de la «flota fantasma», mediante el cual Rusia intenta eludir las sanciones y el límite internacional de precios.
Finalmente, la Comisión fomentará una colaboración más intensa con la Organización Marítima Internacional y comenzará a trabajar en misiones marítimas en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE. Asimismo, instará a los Estados miembros a desarrollar planes nacionales que permitan una eliminación progresiva y coordinada de las importaciones de gas, petróleo y materiales nucleares rusos, tomando en cuenta las particularidades y necesidades de diversificación de cada nación.
