El Gobierno chino ha expresado su oposición firme ante cualquier intento de sus socios comerciales de alcanzar acuerdos con Washington que puedan perjudicar sus intereses. Esta declaración surge tras informaciones de medios estadounidenses sobre planes de la Administración de Donald Trump para utilizar las actuales negociaciones arancelarias como mecanismo de presión sobre los aliados de China, instándoles a limitar sus relaciones comerciales con el país asiático.
Un portavoz del Ministerio de Comercio de China declaró que, de materializarse este escenario, «China jamás lo aceptará y tomará contramedidas con determinación y de forma recíproca». Además, reafirmó la capacidad del país para salvaguardar sus derechos e intereses, aunque también indicó que Pekín respeta el enfoque de resolver diferencias económicas y comerciales mediante diálogos equitativos.
La búsqueda de supuestas exenciones perjudica los intereses de otros en beneficio propio
El portavoz criticó el comportamiento de las autoridades estadounidenses, argumentando que «han abusado de los aranceles sobre todos sus socios comerciales» bajo el pretexto de la llamada «reciprocidad». Este proceder, según afirmó, fomenta políticas hegemónicas y constituye una forma de intimidación unilateral tanto en los ámbitos económico como comercial. También advirtió que las estrategias de presión perjudicarán a ambas partes involucradas.
En un panorama global marcado por el unilateralismo y el proteccionismo, el portavoz enfatizó que ningún país puede considerarse inmune a las repercusiones de estas prácticas. Si el comercio internacional se transforma en la «ley de la selva», donde los fuertes se aprovechan de los débiles, “todos los países se convertirán en víctimas”. En este sentido, reiteró que China está dispuesta a fortalecer la unidad y la coordinación con otras naciones para enfrentar conjuntamente la intimidación y proteger sus derechos e intereses legítimos.
Por otro lado, la semana pasada, la Casa Blanca advirtió que las importaciones de mercancías chinas podrían estar sujetas a un arancel que podría alcanzar el 245%. Este gravamen incluiría un arancel recíproco del 125% y un impuesto del 20% relacionado con la crisis del fentanilo, además de otros aranceles específicos bajo la Sección 301.
