En España, el tabaco es el producto de consumo que más impuestos soporta. El gravamen sobre los cigarrillos representa casi un 80% del precio final de los mismos. Se trata de un porcentaje significativo si lo comparamos con otros productos sujetos también a impuestos especiales. Así, por ejemplo, el gravamen medio sobre la gasolina y las bebidas alcohólicas no supera el 50%.
La Ley 38/1992, de 28 de diciembre, de Impuestos Especiales, justifica este gravamen al señalar que el consumo de los bienes que son objeto de estos impuestos (tabaco, hidrocarburos y bebidas alcohólicas) genera unos costes sociales, que no se tienen en cuenta a la hora de fijar sus precios por las empresas privadas, y que deben ser sufragados por los consumidores a pesar de que no son impuestos finalistas (es decir, que el importe obtenido con su recaudación no tiene un destino definido expresamente).
De esta manera, el impuesto cumple una finalidad extrafiscal como instrumento, entre otras, de las políticas sanitarias, energéticas, de transportes, de medio ambiente, etc. Cabe destacar que estos impuestos se aplican solo en la Península y las Baleares, excluyendo a Canarias, Ceuta y Melilla.
El Impuesto Especial sobre las labores del tabaco está conformado por tres valores: un ad valorem, uno específico y un mínimo. El valor ad valorem es un porcentaje que se aplica sobre el precio de venta al público (PVP), el tipo específico funciona como una cantidad fija por unidad de producto y el mínimo es una cantidad fija por unidad de producto que se tiene que alcanzar siempre (ya sea por aplicación directa o porque la combinación de los anteriores supera la cuantía requerida).
Asimismo, estos productos llevan aparejado un IVA del 21% que se calcula sobre el precio que ya incluye este impuesto especial.
La última modificación de los tipos impositivos sobre las labores del tabaco fue el 1 de enero de 2025, cuando se fijaron los siguientes precios:
- Cigarrillos
El tipo ad valorem se sitúa en un 48,5% sobre el PVP, el específico en 33,50€ por cada mil cigarrillos y el mínimo en 150€ cuando el PVP sea inferior a 240,21€ por mil cigarrillos. Esto quiere decir que una cajetilla de tabaco no puede costar menos de 4,80€, o se le aplicará el impuesto mínimo.
- Cigarros (puros)
El tipo ad valorem se sitúa en un 15,8% sobre el PVP y el mínimo en 47€ cuando el PVP sea inferior a 297,47€ por mil cigarros. Para esta combinación, se aplicará el tipo mínimo cuando los cigarros tengan un precio menos a 0,30€.
- Tabaco de liar
El tipo ad valorem se sitúa en un 37,68% sobre el PVP, el específico en 33,40€ por kilogramo y el mínimo en 112,50€ cuando el PVP sea inferior a 209,93€ por kilogramo. A este se le aplicará el impuesto mínimo a cualquier marca con un precio inferior a 209,93€ por kilogramo.
- Demás labores del tabaco
Esta categoría engloba el tabaco de pipa, de shisa y el tabaco calentado. Su tipo ad valorem se sitúa en un 34% sobre el PVP y el mínimo en 30€ por kilogramo cuando el PVP sea inferior a 88,24€ por kilogramo.
Aun así, a pesar de que su precio está conformado en casi un 80% por impuestos, la Unión Europea estudia una subida en el precio de cara a los próximos años. Según informa Euractiv, el impuesto de los cigarrillos sería del 139% en la fiscalidad base, lo cual podría incrementar hasta en un 30% el precio del tabaco en España. Traducido en precios, la cajetilla podría costar dos euros más, alcanzando algunas marcas los siete euros, y la picadura de liar subiría cuatro euros, llegando a ascender a diez euros el paquete.
