El Banco Central Europeo se ha acomodado en el papel de “malo de la película” en cuanto que comenzaron las subidas de tipos de interés. Mientras los Gobiernos seguían expandiendo su política fiscal, el BCE tiraba del otro extremo para que los precios no siguieran subiendo. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha defendido el papel de la política monetaria, que ha conseguido ajustar el exceso de demanda que estaba tirando al alza de los precios.
De Guindos ha puesto en valor que, tras los ajustes de tipos, la economía “tiene bases para crecer”, pese a que los próximos meses se presentan inciertos para el objetivo de domar la inflación. Eso ha dicho en los cursos de APIE, que se celebran estos días en Santander, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
En su discurso, el vicepresidente del BCE ha insistido en la idea de que el organismo se mantendrá vigilante con respecto a los precios y, en función de estos, decidirá reunión a reunión qué hará con los tipos de interés. No obstante, subraya que la política monetaria tarda en tener sus efectos. En ese sentido, espera que será a mediados del año que viene cuando la inflación se aproxime al objetivo del 2%.
Actualmente, la desinflación “ha sido muy intensa”, pese a que subraya que “los próximos meses no van a ser sencillo”. Concretamente, de Guindos hace referencia a la última milla o último kilómetro, en tanto que hasta que se acerque al 2% pasarán diversas fases, con subidas y bajadas prácticamente cada mes.
Con respecto a la política fiscal y su relación con la subida de precios, de Guindos cree que su actuación fue clave para contener la caída a causa de la pandemia. En esa línea, cree que, si no hubiera habido tal respuesta, el desplome no habría sido del 7%, sino que habría llegado del 14% o más. Así, cree que la obligación de los decisores es buscar el mal menor.
En cuanto a la inestabilidad geopolítica, particularmente la que atañe a los aranceles que Europa prevé poner a los coches eléctricos chinos, de Guindos advierte de la posibilidad e romper “las reglas multilaterales del comercio”. “Eso lleva a guerras comerciales” de las que no se perciben las consecuencias, dice de Guindos. Por ello, avisa de que “si has subido un arancel a un país, no se va a quedar quieto”.
Preguntado por el tamaño de los bancos, en alusión a la operación entre BBVA y Sabadell, de Guindos mantiene que no hay necesidad de que los bancos sean más grandes porque sí, sino que lo que ha de verse son fusiones transfronterizas. En ese sentido, reconoce que, para que tengan sentido, las entidades locales deben tener cierto tamaño. En todo caso, ha descartado hacer más alusiones al asunto, en tanto que está en manos de los organismos de competencia.
Con respecto a la marcha de la economía española, el vicepresidente del Banco Central Europeo ha puesto sobre la mesa varias cuestiones que han favorecido. Primero, habla del consumo público y del sector exterior, que se han convertido en las principales palancas de la actividad económica, además del crecimiento de la población. Concretamente, España ha gozado de la incorporación de un millón de personas, lo que se ha traducido en el aumento de población ocupada que, sin embargo, se opone al crecimiento de la renta per cápita.
Por último, de Guindos no se ha mostrado preocupado por la interinidad de Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España que ahora hace las veces de gobernadora. En su opinión, es una gestora de “reconocido prestigio” y cree que no es preocupante que el Banco de España no tenga voto, porque las votaciones se producen tras los análisis económicos y, además, la entidad vota “muy pocas veces”.
