La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha cuestionado duramente el llamado «modelo Amazon» de relaciones laborales, que propone jornadas de hasta 120 horas semanales. Durante una conferencia de prensa en el II Congreso Internacional del Trabajo, celebrado en Eslovenia junto al ministro de Trabajo esloveno, Luka Mesec, Díaz calificó este enfoque de «esclavitud» y de un claro atentado contra el trabajo «decente» según los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La ministra Díaz advirtió que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está oponiéndose activamente a normas europeas que regulan el trabajo en plataformas digitales, usando el argumento de desregulación a favor de gigantes como Amazon. «El modelo Amazon de relaciones laborales no es decente en el mundo», subrayó. Dicha crítica se enmarca en un escenario más amplio donde, según Díaz, «muchos países en Europa» enfrentan problemas similares.
Nos jugamos el presente del trabajo tal y como lo conocemos
En su discurso, Yolanda Díaz alertó que la disputa en la OIT sobre la regulación de las plataformas digitales es, en esencia, un «proceso de civilización». Afirmó que el incumplimiento de la normativa europea en esta materia podría obstaculizar el desarrollo de un «modelo de trabajo justo y sostenible».
La ministra hizo hincapié en la realidad que enfrentan los trabajadores europeos, quienes a menudo son tratados como falsos autónomos a través de plataformas digitales. Esta situación ha llevado a un «auténtico fraude» que desafía los derechos laborales tradicionales. Asimismo, Díaz abogó por algoritmos «transparentes» que no comprometan los derechos de los trabajadores y que garanticen decisiones humanas en los procedimientos laborales.
Nadie puede ser despedido ni sancionado por un algoritmo
Finalmente, Díaz destacó la importancia de una Europa socialmente comprometida, con sindicatos fortalecidos y una creciente participación de jóvenes y mujeres en la lucha por más derechos laborales. Su mensaje culminó con un llamado a mantener el rumbo hacia adelante, advirtiendo que «la posición europea no puede ser la de volver atrás».


