El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado un principio de acuerdo con el Reino Unido centrado en los precios farmacéuticos, que promete cambios significativos en el comercio de medicamentos entre ambas naciones. Según comunicó la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, Washington eximirá de aranceles a las importaciones de productos farmacéuticos británicos, mientras que Londres se compromete a incrementar su inversión en el Servicio Nacional de Salud (NHS) y elevar en un 25% el precio neto de nuevos tratamientos.
Compromisos y beneficios del acuerdo
Este pacto llega después del acuerdo de Prosperidad Económica (EPD) logrado en mayo, donde el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, acordaron medidas para abordar desequilibrios en el comercio farmacéutico. En consonancia con el nuevo acuerdo, el Reino Unido revertirá la tendencia de reducción del gasto del NHS en medicamentos innovadores. Además, Londres se asegurará de que los precios de los nuevos medicamentos no estén sujetos a concesiones significativas bajo el Plan Voluntario para la Fijación de Precios (VPAG) u otros programas de reembolso.
Por su parte, Estados Unidos ha decidido eximir todos los productos farmacéuticos británicos de los aranceles de la ‘Sección 232’. Asimismo, ha manifestado su intención de no investigar las prácticas de fijación de precios del Reino Unido durante el actual mandato presidencial. El acuerdo redefine las relaciones comerciales, beneficiando a la industria farmacéutica en ambos países.
«Durante demasiado tiempo, los pacientes estadounidenses se han visto obligados a subsidiar medicamentos recetados y productos biológicos en otros países desarrollados, pagando una prima significativa por los mismos productos», explicó Jamieson Greer, representante comercial de EE.UU.
Howard Lutnick, secretario estadounidense, añadió sobre el acuerdo, que representa una «importante victoria para los trabajadores estadounidenses y nuestra economía de la innovación». Además, puntualizó que se están fortaleciendo las cadenas de suministro y consolidando a EE.UU. como un referente en inversión en ciencias de la vida.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., agregó: «Los estadounidenses no deberían pagar los costes más altos del mundo por medicamentos que ellos mismos ayudaron a financiar.» Este acuerdo no solo busca influir en los precios de los medicamentos, sino también fomentar la inversión y la innovación en el sector farmacéutico tanto en Estados Unidos como en Reino Unido.
En definitiva, el acuerdo promete no solo mejorar las condiciones comerciales, sino también avanzar hacia un entorno más equitativo y sostenible para el comercio de productos farmacéuticos, beneficiando tanto a empresas como a consumidores en ambas partes del Atlántico.
