El absentismo laboral por contingencias comunes promete aumentar en un 10% en 2025, con costes que superarían los 32.000 millones de euros. Además, el número de procesos por estas bajas está previsto que crezca un 6%, alcanzando los 9,2 millones de casos, según el presidente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), Juan Roca. Esta información fue compartida durante la Asamblea General y Junta de Gobierno de AMAT, con la asistencia de destacados líderes empresariales como Antonio Garamendi, presidente de CEOE, y Ángela de Miguel, presidenta de Cepyme.
Juan Roca subrayó la urgencia de diseñar propuestas para reducir estas cifras alarmantes. En su discurso, destacó como prioridad empresarial la necesidad de acortar la duración innecesaria de bajas y eliminar procesos prolongados, que ya superan los 210.000 casos con duraciones superiores a 365 días. Esta cifra es notablemente alta, casi cinco veces más que los números registrados antes de la pandemia en 2020.
La reducción del número de procesos de baja de corta duración iniciados, el acortamiento de la duración innecesaria de las bajas y la eliminación de la bolsa de procesos con una duración superior a los 365 días, resulta perentorio
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, enfatizó el impacto negativo que estas bajas representan para la competitividad y productividad empresarial. Señaló que los costes generados son «insoportables» para las empresas, afectando su eficiencia, rentabilidad y clima laboral. Garamendi describió el absentismo como un «mal endémico» que amenaza especialmente a las pymes.
Durante el encuentro, se abordó la importancia de los convenios para mejorar la gestión de la incapacidad entre los servicios públicos de salud, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y las Mutuas. Algunos de estos acuerdos ya han sido firmados por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria y el Servicio Público de Salud de las Islas Baleares, y se espera que se sumen más Comunidades Autónomas.
También se discutió la necesidad de otorgar mayores competencias a las mutuas para manejar integralmente ciertos procesos de baja laboral, especialmente los relacionados con patologías traumatológicas. Los representantes empresariales también abogaron por mantener la autonomía de gestión de las mutuas, considerando que son asociaciones privadas de empresarios y que la responsabilidad última recae sobre ellas.
Las mutuas no son el problema de la Incapacidad Temporal sino gran parte de la solución
Aunque las mutuas no se oponen a la fiscalización y control público de su gestión, insisten en que las decisiones internas deben ser responsabilidad de las juntas directivas y asambleas generales de cada mutua.
