Bilbao se suma al listado de ciudades donde alquilar una vivienda resulta cada vez más complicado. Este jueves, el Gobierno vasco anunció que la capital vizcaína será declarada zona tensionada, con el objetivo de contener la escalada de los precios. Actualmente, arrendar un piso de 80 metros cuadrados en Bilbao cuesta de media 1.200 euros, un 8% más que en agosto del año pasado, según datos de Idealista.
Con esta decisión, Bilbao se convierte en la segunda capital vasca, tras San Sebastián, que fue incluida en julio, en integrarse en esta categoría, a la que ya pertenecen otros siete municipios de Euskadi. El propio alcalde de la ciudad, Juan Mari Aburto, reconocía el pasado 18 de agosto que desconocía las consecuencias exactas de la medida, aunque insistía en la necesidad de actuar: “Para solucionar el problema de la vivienda necesitamos un plazo largo”, advertía entonces.
La declaración como zona tensionada permitirá aplicar un índice de referencia de precios (IRAV), que debe ser definido por la Hacienda de Bizkaia. Por ahora no se ha fijado, según explicó el consejero de Vivienda y Agenda Urbana, Denis Itxaso, debido a “cuestiones técnicas, no a falta de voluntad”. Será en octubre, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cuando Bilbao pase a formar parte oficial de esta lista, que ya incluye 301 municipios de cuatro comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Galicia y Navarra). Con la incorporación de la capital vizcaína, que cuenta con 348.098 habitantes según el INE, más de 8,6 millones de personas vivirán en áreas declaradas tensionadas.
Esta medida se enmarca dentro de la polémica Ley de Vivienda, que pretende frenar el alza de los alquileres en un contexto en el que arrendar un piso de 80 metros cuadrados en España cuesta de media 1.160 euros. Sin embargo, el sector inmobiliario rechaza su aplicación. “Ha sido dramático para los inquilinos”, asegura Antonio Carroza, presidente de Alquiler Seguro. Según él, la principal consecuencia ha sido una reducción “drástica” de la oferta, lo que ha estrechado el mercado y dado lugar a fenómenos como la infravivienda y los contratos en negro.
En el caso de Bilbao, Carroza recuerda que el mercado ya se caracteriza por una oferta reducida, ya que predomina la compra frente al alquiler. “Si lo comparamos con ciudades similares, como Zaragoza, allí el precio es mucho más bajo porque la oferta es el doble”, señala. En su opinión, la declaración como zona tensionada limitará aún más el parque disponible y reducirá la capacidad de elección de los inquilinos.
La experiencia catalana anticipa lo que podría suceder en Bilbao. Un año después de la aplicación de la medida en marzo de 2024, Cataluña perdió unas 40.000 viviendas disponibles para alquiler, según el Barómetro de Alquiler Seguro del segundo trimestre de 2025. En Barcelona, la oferta cayó un 7% respecto al año anterior, situándose en 88.292 viviendas. A pesar de ello, los precios no bajaron: la media pasó de 1.604 euros en 2024 a 1.656 euros hasta junio de 2025, superando incluso el promedio de la comunidad (1.442 euros).
“La vivienda que supera el límite de precio no sale al mercado”, explica Carroza, quien advierte de que la falta de oferta abre la puerta a viviendas de peor calidad. “Los inquilinos son los más perjudicados, ya que se ven obligados a aceptar opciones deficientes y, además, temen cambiar de vivienda por miedo a no encontrar otra”.
En Euskadi, la caída de la oferta ha sido aún más acusada. En 2024 había 11.327 viviendas en alquiler, mientras que ahora apenas quedan 9.810, un descenso del 13,4%. A la vez, los precios han subido un 5,1%, situándose en 1.333 euros de media. En Navarra la oferta también ha retrocedido, aunque de forma más moderada (un 2,2%), mientras que el precio medio pasó de 992 a 1.026 euros en el último año.
