El alquiler de corta duración generó un impacto económico significativo en la España rural durante 2024, con un gasto directo de 5.563 millones de euros en los comercios locales, según un estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI) para Airbnb. Del total de este gasto, 3.200 millones de euros se destinaron directamente a actividades fundamentales como la restauración, el ocio, la cultura y el comercio minorista.
El estudio pone de manifiesto que la oferta turística basada en alquileres de corta duración se está consolidando como un motor económico crucial para las zonas rurales de España. En 2024, más de 13 millones de turistas optaron por esta modalidad de alojamiento en municipios con menos de 10.000 habitantes.
Los turistas internacionales jugaron un papel clave al generar un gasto de 3.874 millones de euros, lo que se traduce en más del doble del gasto generado por los turistas nacionales, que ascendió a 1.690 millones. Destaca el hecho de que los extranjeros se inclinan más por gastar en ocio y actividades culturales, mientras que los turistas residentes priorizan la restauración.
El anfitrión tiene un «papel clave» como prescriptor de comercio local y convierte cada alojamiento «en una oficina de turismo de proximidad»
La oferta de alquileres de corta duración ha favorecido un crecimiento del 14% en el número de visitantes en comparación con años anteriores, alcanzando un 36% en el caso de turistas internacionales en lugares sin oferta hotelera. Este fenómeno también ha repercutido positivamente en el empleo local, con un aumento del 4% en sectores como la hostelería y el comercio.
El informe sugiere que añadir un alquiler turístico por municipio podría atraer 580.000 visitantes adicionales, generando 135 millones de euros en gasto directo. Además, el alquiler de corta duración representa solo el 0,6% del parque habitacional rural, lo que descarta una presión significativa sobre el acceso a la vivienda.
Se subraya la necesidad de avanzar hacia un marco normativo que reconozca el impacto positivo del alquiler turístico rural. Entre las propuestas se incluye establecer zonas rurales exentas de restricciones al alquiler, facilitar el registro de las viviendas y priorizar este tipo de alojamientos en ayudas para la digitalización.
Este estudio refuerza la necesidad de regulaciones diferenciadas entre entornos urbanos y rurales
El director general de Airbnb Marketing Services, Jaime Rodríguez de Santiago, ha destacado que esta actividad supone «una oportunidad» para activar redes comerciales y revitalizar la economía en los pueblos. La regulación diferenciada podría ser clave para maximizar su impacto positivo en la España rural.
