España enfrenta un desafío significativo en la adopción y desarrollo de infraestructuras para vehículos eléctricos, según el reciente informe del Banco de España titulado «Estructura del mercado de electrolineras». Actualmente, el país cuenta con 38.000 puntos de recarga pública en funcionamiento, cifra que queda por debajo de las expectativas fijadas en los planes nacionales.
Rezago en el despliegue de puntos de recarga
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia estableció un objetivo de entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga para 2023, mientras que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima prevé 500.000 para 2030. A pesar de los esfuerzos, España se encuentra muy por detrás de otros países europeos. Con 70 puntos de recarga por cada 100.000 habitantes, el país dista mucho de alcanzar las cifras de Países Bajos (951), Bélgica (569) y Dinamarca (539).
El Banco de España subraya que «nuevos actores tienden a ingresar al espacio de recarga», indicando un potencial aumento en las inversiones y la innovación en el sector
Una mirada optimista hacia el futuro
A pesar del retraso actual, el Banco de España aporta una perspectiva optimista. A medida que nuevos agentes entran en el mercado de recarga, se espera una aceleración en las inversiones y una mayor sofisticación del ecosistema. No obstante, la entidad advierte que el análisis de estos servicios en mercados incipientes debe abordarse con cautela debido a su complejidad. Esta atención al desarrollo inicial es crucial para impulsar la transición hacia una movilidad sostenible en el país.
