El euro digital se perfila como un “arma de doble filo” para los bancos, según un análisis realizado por la experta Milya Safiullina y publicado por la agencia de calificación europea Scope Ratings. Este proyecto podría fortalecer la «robustez y autonomía del ecosistema de pagos europeo» y preservar la relevancia de los bancos europeos en el sistema financiero global. Sin embargo, también presenta riesgos significativos que podrían debilitar la rentabilidad de las entidades financieras y aumentar los costes, especialmente en su fase inicial.
La analista destaca que una de las preocupaciones es la posibilidad de que la mayor rapidez en las transacciones pueda acelerar las retiradas masivas de depósitos en momentos de crisis, lo que podría comprometer la liquidez de los bancos y llevar a una crisis sistémica. Por ello, es crucial que las instituciones financieras se preparen ante los desafíos y oportunidades que conlleva la implementación del euro digital.
Safiullina subraya la necesidad de invertir en infraestructura digital y desarrollar estrategias que ayuden a los bancos a aprovechar las ventajas del euro digital, a la vez que gestionen sus riesgos. La transición hacia esta moneda podría convertirse en un catalizador para acelerar los procesos de digitalización de los bancos, fomentando la innovación y el cambio hacia modelos de negocio más digitalizados.
No obstante, existe el riesgo de una intensificación de la competencia que erosionaría aún más la cuota de mercado en el ámbito de los pagos, debilitando los ingresos generados por estos servicios. Safiullina advierte que los bancos deben crear nuevas ofertas vinculadas al euro digital y cultivar relaciones a largo plazo con sus clientes en este nuevo panorama financiero.
Es importante que el euro digital se introduzca con una función de pago, desincentivando su uso como vehículo de ahorro e inversión
Además, se mencionan escenarios de escasez de liquidez durante crisis financieras, lo que podría amenazar la estabilidad del sistema bancario. La experta señala que las entidades más grandes, por su capacidad de inversión, están mejor posicionadas para afrontar estos desafíos.
Scope Ratings también enfatiza la importancia de proteger la infraestructura del euro digital contra amenazas cibernéticas, lo que resulta fundamental para la confianza en el sistema financiero. Sin embargo, Safiullina apunta que este nuevo proyecto podría generar importantes fuentes de ingresos relativas a la gestión de monederos digitales, procesamiento de pagos y su integración con plataformas bancarias.
Por otra parte, en el ámbito internacional, Safiullina menciona que en Estados Unidos se han prohibido las iniciativas federales para el establecimiento de monedas digitales de Banco Central (CBDC) desde enero de 2025. Esta decisión refleja la tendencia del país a privilegiar la innovación del sector privado, aunque bajo un marco regulatorio.
La experta concluye que la adopción temprana de servicios relacionados con el euro digital podría ofrecer a los bancos una ventaja competitiva al racionalizar los sistemas de pago y mejorar la eficiencia transaccional. De este modo, el euro digital se plantea no solo como un desafío, sino también como una valiosa oportunidad para avanzar en su transformación digital y sostenibilidad futura.
