El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos se mantuvo estable en julio, situándose en el 2,7% interanual. Esto refleja un estancamiento respecto al registro del mes anterior, según los últimos datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
La inflación subyacente muestra aumento
Por otro lado, el índice subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía debido a su volatilidad, experimentó un incremento del 3,1%, marcando así su mayor nivel desde febrero. Esta subida representa un aumento de dos décimas y refleja ciertas presiones inflacionarias persistentes en otros sectores de la economía.
Es notable que los precios de los víveres se encarecieron un 2,9% en el mismo período, mientras que los productos energéticos disminuyeron en un 1,6% comparado con el mismo mes del año anterior.
En métricas mensuales, el IPC general descendió al 0,2% desde un avance previo de tres décimas, mientras el índice subyacente avanzó una décima para situarse en el 0,3%
Posibles implicaciones para la política monetaria
El informe de julio podría influir en las decisiones de normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La entidad se enfrenta al dilema de controlar la inflación sin acentuar una posible ralentización del mercado laboral.
