La subida de los precios pone en jaque el turismo de bajo coste. Los vuelos baratos y los alojamientos asequibles son cada vez más difíciles de conseguir
Viajar se está convirtiendo en un lujo para muchas familias. Hasta hace unos años podíamos viajar en avión y hospedarnos en la costa por poco precio si buscábamos ofertas. Ahora es cada vez más difícil encontrarlas debido al incremento de los precios. El aumento de la demanda, la crisis energética y el impacto ambiental son algunas de las causas por las que está cambiando este modelo de turismo y los hábitos de los viajeros.
Aumento de los precios en el sector
Como recoge el informe EMEA Summer Travel 2023, elaborado por Google y Rocket Digital, el coste para el viajero se ha encarecido considerablemente. Este fenómeno se da en un contexto de inflación, donde los precios del sector del turismo han subido un 6,7% en lo que va de año.
Los precios de los distintos servicios turísticos en 2023 se han recuperado ampliamente del período de la pandemia con un crecimiento del 19,6% en alojamiento, un 17,4% en paquetes turísticos y un 15,2% en restauración, según Exceltur, lobby que agrupa a grandes compañías del sector.
El sector hotelero español acumula ya dos años con subidas de precios mes a mes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Según datos de eBooking, los hoteles, hostales, campings y apartamentos en España alcanzarán un precio medio de 158 euros, frente a los 135 que costaban 2022, es decir, casi un 15% más, por la fuerte demanda de los meses de junio, julio, agosto y septiembre, junto con la elevada y persistente inflación.
Asimismo, el último informe de Tinsa, que analiza los precios de las viviendas de 250 municipios de la costa española, destaca que los precios de alquiler de la vivienda vacacional han experimentado un incremento en torno al 15% (5-30% según la zona), aumento que se aplica en casi el 75% de las zonas costeras examinadas.
También volar se está convirtiendo en una actividad mucho más cara, incluso dentro de las aerolíneas 'low cost'. Según datos de Eurostat y Capa-Centre for Aviation, un billete de avión para un vuelo internacional cuesta casi un 25% más que hace un año. En la última década los precios de los billetes bajaron con fuerza. Las políticas de liberalización y privatización favorecieron la competencia e incentivaron un modelo en el que los vuelos se volvieron mucho más asequibles.
No obstante, las reservas de vuelos para la campaña de verano de 2023 han mostrado un panorama totalmente distinto. El aumento de los precios de los vuelos se explica desde dos perspectivas: la subida del valor del combustible y una política climática más costosa. El coste de emisiones de CO2 se ha cuadriplicado entre 2019 y 2023, según Bloomberg. Esto encarece de manera directa el presupuesto de las aerolíneas y obliga a elevar los precios para evitar las pérdidas.
Se prevé que esta subida de los precios continuará en los próximos años. El coste de los derechos de CO2 abonado por las aerolíneas puede duplicarse entre 2025-2026. En la práctica, estaríamos diciendo adiós a los vuelos baratos de los últimos años. Esto daría lugar a la elección de otras alternativas más económicas como el mercado ferroviario o el alquiler de coches.
El incremento de las tasas no frena las reservas
Aún así, el turismo avanza hacia un año histórico por el boom de la demanda de los viajeros nacionales e internacionales y por la fuerte subida de los precios. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) calcula que la ocupación ya se sitúa en un 52% y que puede alcanzar el 80% a lo largo del verano, unas previsiones que superan el registro histórico de 2019.
El sector acelera sus ingresos y las cifras de empleo, tras haber completado la recuperación de los niveles de actividad previos a la pandemia. De hecho, según las estimaciones de Exceltur, el PIB turístico escalará este 2023 hasta un récord de más de 178.000 millones de euros, con un crecimiento del 12% en relación con el año anterior.