Según un análisis reciente de Scope Ratings, el Producto Interior Bruto (PIB) español podría sufrir un impacto de tres décimas debido a los aranceles impuestos por la administración Trump. Este impacto llevaría el crecimiento proyectado del PIB de un 2,5% a un 2,2% para el presente año. Los analistas Jakob Suwalski y Brian Marly destacan que el sector automovilístico de España se encuentra entre los más vulnerables ante esta situación, señalando que el fuerte crecimiento actual no es suficiente para ocultar las debilidades estructurales de la economía.
En su análisis, enfatizan que el sector, orientado principalmente a la exportación y considerado el mayor de Europa tras el alemán, podría verse especialmente afectado si se consolidan los aranceles de Estados Unidos o se producen represalias de otros países. “Es probable que el sector automovilístico español se vea amenazado en un escenario adverso de subida de aranceles”, afirman Suwalski y Marly, quienes también advierten que en este contexto, el crecimiento podría frenarse aún más, a 2,2% en 2025 y a 1,5% en 2026, debido al debilitamiento de la demanda exterior.
Los analistas informan que el país sería vulnerable a las consecuencias indirectas de una guerra comercial a gran escala
Asimismo, los expertos señalaron que una posible recesión en Estados Unidos, acompañada de un crecimiento lento en Europa, podría reducir la actividad transfronteriza, afectando tanto al turismo como a la inversión en España. No obstante, resaltan que, a pesar de estos riesgos, el crecimiento de la economía española «sigue siendo superior al de la eurozona», gracias a la mejora del mercado laboral, los fuertes ingresos por turismo y la disponibilidad de fondos de la Unión Europea.
En cuanto a los fondos de recuperación, Suwalski y Marly mencionan que su desembolso, equivalente al 11% del PIB, sigue impulsando la inversión en el país. Hasta finales de marzo, España había ejecutado 49.000 millones de euros, que representa el 64% de su asignación total de 163.000 millones. Esta ejecución ha mantenido un ritmo estable, aunque los desembolsos de 2024 se han mostrado ligeramente por debajo del año anterior.
Por otro lado, en relación con las perspectivas para 2026, los analistas son más conservadores, esperando un crecimiento del PIB real de 1,8%, en línea con el potencial estimado del país a medio plazo. Esto se debe a la necesidad de una política fiscal más restrictiva para continuar reduciendo el déficit presupuestario. Finalmente, los factores que sustentan el sólido crecimiento actual se encuentran, en parte, en el aumento de la mano de obra, impulsada por la inmigración procedente de Sudamérica, y la digitalización del mercado laboral.
La situación actual sugiere que las tendencias en el mercado laboral podrían estabilizarse a medida que se han comenzado a abandonar empleos no formalizados


