En el contexto de la crisis en Ucrania y las negociaciones de paz entre Estados Unidos y Rusia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha subrayado la necesidad de una participación activa de la Unión Europea y de Ucrania, enfatizando que cualquier solución debe fortalecer a la UE. Además, Sánchez ha reafirmado el compromiso de España de alcanzar el 2% del PIB en gasto de defensa, tal como establece la OTAN, y ha propuesto la creación de "mecanismos conjuntos" europeos para financiar una defensa común. Esto se traduciría no solo en un aumento significativo del gasto militar de España, sino también en la necesidad de acceder a más fondos europeos, lo que implicaría un incremento de la deuda comunitaria. "Necesitamos articular mecanismos mancomunados de la Unión Europea para poder financiar y aumentar nuestra capacidad de seguridad y de defensa", ha dicho el presidente.
Sin embargo, esta iniciativa ha encontrado resistencia por parte de países como Alemania y los denominados "frugales" (Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia), que se oponen a incrementar la deuda europea para este fin. En su lugar, instan a los Estados miembros a realizar ajustes en sus propios presupuestos nacionales, priorizando la inversión en defensa sobre otras partidas, como pensiones o gasto social.
Así se repartirán los fondos europeos que subvencionarán a España hasta 2027
Estado de los fondos europeos Next Generation EU en España
España ha comprometido hasta finales de 2024 un total de 130.671 millones de euros de los fondos Next Generation EU, lo que supone el 80% de los 163.801 millones asignados por Bruselas. Estos fondos están destinados principalmente a impulsar la recuperación económica y transformar el país, con un enfoque en la digitalización, la transición ecológica y la modernización de infraestructuras. Sin embargo, aún quedan por asignar cerca de 32.000 millones de euros, lo que plantea desafíos en cuanto a la absorción eficiente de estos recursos.
En 2024, el Gobierno español comprometió 12.025 millones de euros en subvenciones, lo que representa el 15,5% del total comprometido entre 2021 y 2024. A pesar de la reducción de fondos disponibles en la fase final del programa, el proceso de adjudicación ha sido relativamente eficiente, con un 91,1% de los fondos ya adjudicados. No obstante, aún quedan alrededor de 12.000 millones de euros sin ejecutar debido a la falta de proyectos viables, lo que subraya la necesidad de optimizar los mecanismos de selección y gestión de estas inversiones. En cuanto a los préstamos gestionados por entidades como el ICO, AXIS, ENISA o CERSA, se han comprometido 53.216 millones de euros, lo que equivale al 64% de la dotación total de la Adenda, fijada en 83.140 millones de euros. Estos instrumentos financieros comenzaron a implementarse a mediados de 2024, por lo que aún no se dispone de datos completos sobre su adjudicación.
España utiliza el 80% de los fondos ‘NGEU’ que le ha dado Bruselas según LLYC
La necesidad de planificar la devolución de los fondos obtenidos es crucial, lo que implica evaluar e identificar nuevas fuentes de ingresos para hacer frente a los préstamos solicitados. En este sentido, la Comisión Europea propuso en diciembre de 2021 tres nuevos impuestos a nivel de la Unión Europea, con el objetivo de contribuir al pago del préstamo de 800.000 millones de euros destinado al fondo de recuperación COVID-19. La primera medida consiste en un impuesto sobre el CO2 emitido por los combustibles en edificios y automóviles, creando un nuevo mercado de carbono. Este impuesto utiliza el sistema de comercio de carbono existente en la UE para imponer costos de CO2 a los barcos y aumentar los pagos existentes de las aerolíneas. Una cuarta parte de los ingresos provenientes del CO2 se destinan al presupuesto de la UE, generando una media anual de 12.000 millones de euros entre 2026 y 2030. El segundo tributo impone costos de carbono sobre las importaciones de bienes provenientes de países con estándares de emisiones más bajos, con un 75% de esos ingresos destinados al presupuesto de la UE, lo que podría generar alrededor de 1.000 millones de euros anuales entre 2026 y 2030. Finalmente, el tercer impuesto asigna al presupuesto comunitario un 15% de las ganancias residuales de las grandes empresas multinacionales que reubiquen sus derechos fiscales dentro de la Unión Europea, lo que puede generar entre 2.500 y 4.000 millones de euros anuales.
¿Qué son los fondos europeos Next Generation EU?
Los fondos Next Generation EU son un plan de ayuda económica creado por la Unión Europea para impulsar la recuperación tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19. Con un presupuesto total de 750.000 millones de euros, su objetivo es "modernizar la economía de los países miembros, fomentando la digitalización, la transición ecológica", la innovación y la creación de empleo, entre otros.
España es uno de los principales beneficiarios de estos fondos, con una asignación de 163.801 millones de euros, divididos entre subvenciones y préstamos. Estos recursos se gestionan a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que financia proyectos destinados a mejorar infraestructuras, apoyar a las empresas y fortalecer sectores clave como la energía renovable, la movilidad sostenible y la educación.
