En 2024, las economías de Grecia, Portugal, España e Irlanda están destacando en Europa, no solo por su crecimiento económico, sino también por mejoras significativas en empleo, reforzadas por la buena marcha de distintas actividades como la inversión, el turismo y la implementación de políticas públicas efectivas.
Portugal también está viviendo un año de crecimiento notable. En el primer trimestre, su PIB avanzó un 0,8%, mientras que en el segundo, si bien el crecimiento se mantuvo, se redujo al 0,1%. La tasa de desempleo ha caído al 6,1%, consolidando la tendencia positiva de los últimos años. Al igual que ocurre en su único país vecino, el turismo sigue siendo un pilar clave de la economía, con un aumento del 15% en la llegada de turistas en comparación con el año anterior, lo que repercute en el resto de actividades del país.
No obstante, los cambios que ha vivido Portugal en los últimos años tienen que ver con su capacidad para atraer importantes inversiones en el sector tecnológico, gracias a políticas gubernamentales que fomentan la digitalización y la innovación. Estas medidas incluyen incentivos fiscales y la creación de hubs tecnológicos, lo que ha permitido a Portugal diversificar su economía más allá del turismo y el sector servicios tradicionales.
Irlanda sustituye a Italia entre los anteriormente conocidos como PIGS. El país isleño continúa siendo un líder en crecimiento económico en Europa, con una tasa de desempleo en mínimos históricos del 3,8%. El país sigue siendo un imán para la inversión extranjera directa, especialmente en los sectores de tecnología y farmacéutico, que han registrado un crecimiento sostenido. En 2024, se estima que la inversión extranjera directa en Irlanda supere los 40 mil millones de euros, reflejando la confianza global en su entorno empresarial.
Además, el turismo ha vuelto a crecer tras la pandemia, contribuyendo de manera significativa al PIB. Las políticas públicas en Irlanda han sido clave para mantener este dinamismo, con incentivos fiscales atractivos para empresas multinacionales y un enfoque en la educación y la formación tecnológica para sostener la competitividad a largo plazo. Con estos mimbres, la economía irlandesa avanzó un 0,7% y 1,2% en el primer y segundo trimestre de 2024, respectivamente.
Grecia ha sorprendido al mundo con una notable recuperación económica. La tasa de desempleo, que alcanzó picos alarmantes durante la crisis financiera, ha disminuido drásticamente, situándose en torno al 10%, su nivel más bajo en más de una década. Este descenso se debe en gran medida al resurgimiento del turismo, que ha vuelto a niveles pre-pandemia, con ingresos récord en 2024. Esta es una de las claves para que la economía griega se expandiera un 0,7% en los primeros tres meses del año, algo que podría haberse mantenido también en el segundo trimestre, pero por el momento no existen datos.
Además, las exportaciones, especialmente en los sectores agrícola y farmacéutico, han experimentado un crecimiento significativo, lo que ha fortalecido la balanza comercial del país. Las políticas públicas griegas han jugado un papel crucial, enfocándose en la reducción de impuestos y la simplificación burocrática para atraer inversión extranjera directa, lo que ha impulsado la creación de empleo y el crecimiento económico.
España, por su parte, ha mostrado una sólida recuperación tras la pandemia. En los dos primeros trimestres del año registró un incremento del PIB idéntico, del 0,8% en los dos periodos, por lo que se sitúa como la economía que más crece de entre los grandes países del euro. Además, pese a que sigue siendo elevada en comparación con el resto del continente, su tasa de desempleo ha bajado al 11%, el nivel más bajo en 15 años.
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El turismo ha sido uno de los principales motores de esta recuperación, con un incremento del 10% en el número de visitantes en 2024. El gobierno ha implementado políticas orientadas a aumentar los salarios y fomentar el empleo juvenil, lo que ha dinamizado el consumo interno y sostenido el crecimiento económico. Además, la inversión extranjera ha aumentado, particularmente en sectores como las energías renovables y la tecnología, respaldada por una serie de reformas que facilitan la creación de empresas y la atracción de capitales internacionales.
Este panorama refleja cómo Grecia, Portugal, España e Irlanda han implementado estrategias efectivas que les han permitido no solo recuperarse, sino también destacarse en el contexto europeo. El empleo, la inversión, el turismo y las políticas públicas han sido los pilares de esta transformación, demostrando que, con las reformas adecuadas, es posible revertir situaciones económicas adversas y generar un crecimiento sostenido
BONUS: Polonia
En 2024, Polonia ha sorprendido con un crecimiento económico robusto, con avances de, 0,8% en el primer trimestre y del 1,5% en el segundo. Este crecimiento ha sido impulsado por un mercado laboral estable, con una tasa de desempleo alrededor del 5%, y un aumento en la inversión tanto nacional como extranjera, particularmente en los sectores de manufactura, tecnología y energías renovables. Polonia ha sido un destino atractivo para la relocalización de cadenas de suministro en Europa, beneficiándose de su posición estratégica y políticas fiscales favorables.
El gobierno polaco ha desempeñado un papel crucial en este desarrollo mediante la implementación de políticas públicas orientadas a fortalecer la infraestructura, mejorar la competitividad y fomentar el consumo interno. A pesar de que el turismo no es el motor principal de la economía polaca, el sector ha visto un crecimiento del 8% en la llegada de turistas, contribuyendo positivamente al PIB.