La reciente decisión de Estados Unidos de descertificar a Colombia como aliado en la lucha contra el narcotráfico ha generado preocupación en múltiples sectores del país. La Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex) advierte sobre el potencial daño reputacional que podría afectar la percepción de riesgo ante los mercados internacionales.
La descertificación puede generar una mala percepción de riesgo ante los mercados internacionales, lo que inicialmente trae un daño reputacional, al no haber inicialmente sanciones directas
Este escenario, según Analdex, podría complicar las relaciones bilaterales con Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a la negociación para flexibilizar el arancel base del 10% que pesa sobre las importaciones colombianas. Estados Unidos no solo es el principal inversor extranjero en Colombia con un 34,4% del total, sino también su principal socio comercial, representando un 30,6% de las exportaciones colombianas hasta julio de este año, según los datos del Banco de la República.
Un plan de choque ante la descertificación
En respuesta a esta incertidumbre, Analdex ha solicitado al gobierno colombiano establecer un «plan de choque de emergencia» para alcanzar rápidamente los objetivos en la lucha contra las drogas. Esto permitiría aprovechar la oportunidad ofrecida por el presidente estadounidense de revisar la descertificación si se observaran avances significativos en el control de drogas.
Por otro lado, el ministerio de Hacienda de Colombia asegura que las decisiones políticas de Estados Unidos «no afectan la estabilidad macroeconómica de la economía colombiana» y reitera su compromiso con el crecimiento económico del país.
La descertificación por parte del Departamento de Estado marca la primera ocasión en tres décadas que Colombia enfrenta esta situación, principalmente debido a que no ha logrado cumplir sus obligaciones en el control de drogas. Colombia, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sigue siendo el principal productor mundial de cocaína, con unas 253.000 hectáreas de coca cultivadas, lo que representa cerca de dos tercios del total global.
