El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha anunciado que la «leve desaceleración» de la economía española se está extendiendo en el segundo trimestre de 2025, según los indicadores técnicos de actividad. Este pronunciamiento se realizó en el marco del Foro Medcap 2025, celebrado en el Palacio de la Bolsa. Gavilán destacó que, a pesar de que la economía española registró un sólido crecimiento del 3,2% en 2024, la desaceleración y la incertidumbre internacional están influyendo en el presente ejercicio, que aún muestra una tendencia «robusta», proyectando un crecimiento superior al 2% para el cierre del año.
En su análisis, Gavilán observó que ya se evidencian síntomas de desaceleración desde el primer trimestre de 2025, con indicadores de empleo, gasto y ventas mostrando un crecimiento más moderado. En este contexto, el incremento del primer trimestre se ha suavizado hasta un 0,6%. «Es pronto para determinar cuánto del crecimiento actual responde a factores estructurales o coyunturales», reconoció, considerando las perturbaciones recientes como la pandemia y los conflictos geopolíticos.
El crecimiento del potencial económico español se ha visto impulsado, en parte, por la llegada de inmigrantes
Gavilán también abordó la debilidad en la inversión privada, a pesar del saneamiento financiero de las empresas y de un entorno favorable en términos de empleo y salarios. Afirmó que la atonía inversora podría ser resultado de factores coyunturales, como la incertidumbre y los tipos de interés elevados, junto a causas estructurales como la burocracia y la baja calidad institucional. Es importante destacar que, actualmente, el ahorro supera a la inversión, con una capacidad de financiación del 4,2% del PIB, lo que plantea dudas sobre las oportunidades de inversión y el entorno regulatorio.
Respecto al impacto de los aranceles en la economía española, Gavilán señaló que este efecto trasciende el ámbito comercial. De acuerdo con simulaciones del Banco de España, lo que más está impactando en el crecimiento es la incertidumbre general y las condiciones financieras globales, en lugar de las exportaciones, lo que podría implicar que España se vea más afectada que otras economías europeas en caso de turbulencias en los mercados.
En el ámbito de las reformas pendientes, Gavilán subrayó la necesidad de elevar la productividad y reducir la tasa de desempleo, que se sitúa en el 12%, muy por encima del 6% de la media europea. El mercado laboral español enfrenta retos como la alta temporalidad, especialmente entre los jóvenes, quienes también lidian con dificultades para acceder a la vivienda. En este sentido, destacó que la cuestión de la vivienda no es solo un problema social, sino que comienza a convertirse en un lastre económico.
El déficit habitacional se ha reducido, pero persisten desequilibrios que afectan a jóvenes e inmigrantes
Por otro lado, en el ámbito de las finanzas públicas, Gavilán indicó que, aunque los ingresos han crecido en 2,5 puntos del PIB desde la pandemia, el gasto lo ha hecho en 2,6 puntos. Este dispar balance exige una reevaluación de la calidad del gasto y la eficiencia de las cuentas públicas, especialmente dado que la inversión pública se mantiene por debajo de la media europea y depende en gran medida de fondos temporales como los Next Generation EU.
Finalmente, el Banco de España ha anunciado una reestructuración organizativa que reducirá de cuatro a dos los departamentos bajo la Dirección de Economía, que sigue al frente Gavilán, quien dejará su cargo el próximo 12 de junio. Esta reestructuración se enmarca en un contexto de cambios y críticas en el proceso de elaboración del informe anual del Banco, aunque se ha defendido la capacidad técnica y rigor de la Dirección General de Economía.
