El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exministro español de Economía, Luis de Guindos, ha expresado un tono optimista este jueves en relación al progreso de la desinflación en la eurozona. Sin embargo, su postura se torna «más prudente» cuando se trata de las proyecciones de crecimiento económico, debido a la incertidumbre geopolítica y comercial actual. Guindos destacó que resulta «muy difícil» anticipar el próximo movimiento de la entidad en la reunión programada para abril.
En un acto organizado por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), el economista español enfatizó el optimismo del BCE sobre la inflación, subrayando que el proceso de desinflación «va por buen camino». Además, indicó que la evolución de los salarios sugiere que la inflación en el sector servicios también empezará a desacelerarse.
La situación es un poco diferente a causa de la elevada incertidumbre debida a las distorsiones comerciales
Guindos se mostró convencido de que, en los próximos trimestres, la inflación podría converger hacia la definición de estabilidad de precios de manera sostenible. No obstante, al abordar el crecimiento de la eurozona, reconoció que la situación es más compleja debido a las distorsiones comerciales que están comenzando a manifestarse, cuyos resultados finales son inciertos. «El principal impacto será en el crecimiento. Creemos que tendrá un impacto breve en la inflación, pero para el crecimiento una guerra comercial sería extremadamente perjudicial», advirtió.
Ante estos elementos de incertidumbre, Guindos subrayó la necesidad de ser «extremadamente prudentes» y de seguir un enfoque dependiente de los datos, evaluando cada reunión de manera individual. «Es muy difícil predecir qué haremos en abril», concluyó el vicepresidente del BCE.