El Gobierno de Hungría ha tomado una postura clara en relación a los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos, el miércoles pasado. En lugar de responsabilizar al presidente estadounidense, Donald Trump, las autoridades húngaras han dirigido sus críticas hacia la Comisión Europea, señalando que la economía de Europa y sus ciudadanos enfrentan las consecuencias de la «incompetencia de Bruselas».
El ministro de Exteriores, Peter Szijjarto, expresó a través de las redes sociales que «los aranceles de Estados Unidos dejan una cosa clara: la Comisión Europea debería haber negociado». En sus declaraciones, Szijjarto acusó a Bruselas de haber estado inactiva durante los últimos dos meses y medio, tiempo que coincide con la administración de Trump. «En lugar de trabajar con Washington para reducir los aranceles a los coches del 10% al 2,5% en Estados Unidos, no han hecho nada», añadió el ministro.
La Comisión Europea ha convertido un problema económico en uno ideológico
Según Szijjarto, el enfoque actual de la Comisión no solo es erróneo, sino que también la considera responsable de «embolsarse miles de euros al mes» sin ofrecer soluciones efectivas. Estas críticas se producen en un contexto más amplio, donde el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha respaldado en repetidas ocasiones las políticas del presidente Trump, considerándolo como un modelo a seguir.
Resulta interesante destacar que la reacción de Szijjarto contrasta notablemente con la de otra posible aliada de Trump en Europa, Giorgia Meloni, quien ha calificado los últimos aranceles de «erróneos». Esta divergencia resalta las tensiones internas en la política europea frente a la administración estadounidense.