El papel de los combustibles renovables se ha vuelto crucial en la transición energética, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha resaltado su importancia en su último informe titulado «Delivering Sustainable Fuels Pathways to 2035». Según el organismo, aplicar las políticas «vigentes y anunciadas» podría permitir cuadruplicar el uso de estos combustibles hacia el año 2035.
El informe considera que el objetivo es «ambicioso pero alcanzable», destacando que entre 2010 y 2024, la demanda global de combustibles sostenibles se duplicó. La política es señalada como la clave para un crecimiento más acelerado, y la implementación completa de las políticas existentes, junto con la eliminación de barreras del mercado, podría duplicar nuevamente el uso de combustibles sostenibles en solo seis años.
Según la AIE, los marcos de políticas deben «mantenerse flexibles y abiertos a la tecnología» para facilitar la entrada de combustibles emergentes al mercado. También subraya la importancia de establecer hojas de ruta y políticas adaptadas a los contextos regionales que alineen con objetivos energéticos más amplios. Este enfoque busca aumentar la confianza del mercado y atraer inversiones, lo cual es esencial para desarrollar cadenas de suministro integradas y abordar las necesidades de infraestructura.
Los combustibles sostenibles ofrecen múltiples beneficios para el sector energético, complementando la electrificación y la eficiencia energética en la transición
El informe también menciona que los combustibles sostenibles mejoran la seguridad energética y estimulan el desarrollo económico. Es relevante destacar que en países importadores, los biocombustibles líquidos han reducido la dependencia de las importaciones de combustible entre 5 y 15 puntos porcentuales.
En el contexto actual, los combustibles renovables líquidos y gaseosos tienen un papel visible, representando el 4% de la demanda total de energía en el transporte, esperando que para 2035 los combustibles sostenibles cubran un significativo porcentaje de la demanda de transporte.
Las proyecciones indican que la inversión en combustibles sostenibles podría alcanzar 1,3 billones de euros y crear casi dos millones de empleos. Este potencial despierta interés sobre todo en economías emergentes, donde se vislumbran nuevas oportunidades de desarrollo económico.
En el ámbito local, Repsol está liderando la marcha hacia la descarbonización del transporte en España, al fabricar gasolina de origen 100% renovable a gran escala y en su complejo de Tarragona, marcando un hito industrial. Esto refleja cómo la iniciativa privada puede ser también un motor clave en esta transición energética global.
