La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha presentado el informe anual ‘Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025’, donde se destaca un crecimiento económico proyectado del 2,4% para América Latina en 2025, seguido de un 2,3% en 2026. De confirmarse estas cifras, la región completaría cuatro años consecutivos de crecimiento modesto, con un promedio anual de apenas 2,3%.
El informe de la Cepal señala que, aunque el consumo ha sido el principal motor económico en los últimos años, «perderá fuerza en 2026» debido a la menor demanda externa y un crecimiento más reducido del empleo. Se observan diferencias significativas entre las distintas zonas de la región.
América del Sur verá un crecimiento del 2,9% en 2025, impulsado por la recuperación de Argentina, Bolivia y Ecuador, pero sufrirá una desaceleración al 2,4% en 2026, debido al menor crecimiento en la mayoría de sus economías. Por otro lado, Centroamérica registrará una expansión del 2,6% en 2025, pese al debilitamiento de la demanda estadounidense, con una mejora estimada hasta el 3% en 2026.
El Caribe es una de las pocas subregiones que mantiene una perspectiva positiva, con un crecimiento previsto de 5,5% para 2025 y un notable 8,2% en 2026. Este optimismo se debe al aumento en la actividad petrolera en Guyana, la recuperación del turismo y un mejor desempeño de la construcción. No obstante, la elevada exposición a desastres naturales condiciona su capacidad de crecimiento.
La Cepal subraya que el crecimiento de la región está vinculado a las dinámicas de sus principales socios comerciales.
En este contexto, las políticas monetarias y comerciales de Estados Unidos representan riesgos significativos. La posibilidad de una flexibilización monetaria y la reducción de la inflación regional determinarán en buena medida la evolución del consumo y la inversión en los años venideros.
Finalmente, la Cepal advierte sobre la incertidumbre en los mercados financieros internacionales y la volatilidad de los flujos de financiamiento externo, considerando que estos factores pueden incidir negativamente en el crecimiento regional proyectado para 2026.
