La Feria de Abril de Sevilla 2025 ha sido una edición marcada por contrastes. A pesar de su esperada vuelta al modelo tradicional -celebrándose de lunes a domingo, sin el adelanto al sábado que se había probado en ediciones anteriores-, el resultado ha sido dispar. Mientras que el arranque de la semana se vivió con entusiasmo y una notable afluencia de visitantes, el tramo final del evento evidenció un enfriamiento de la asistencia, con jornadas en las que las casetas aparecían visiblemente vacías. Las cifras que ha dejado esta edición reflejan la complejidad de conjugar tradición, contexto económico y nuevas dinámicas de consumo y movilidad.
Afluencia y ocupación
La Feria congregó a más de tres millones de personas durante los seis días que duró oficialmente el evento, una cifra que supone un incremento de un millón respecto a 2024. La mayor concentración de visitantes se produjo entre el martes y el jueves, con un punto álgido el miércoles. Por el contrario, el fin de semana, especialmente el sábado, mostró una imagen muy diferente: calles del Real despejadas, casetas con apenas comensales y una menor rotación de visitantes.
El descenso del público el sábado sorprendió a organizadores y caseteros, acostumbrados a que este día se convierta en uno de los más bulliciosos. Según varios propietarios de casetas, el ambiente festivo se fue apagando antes del domingo, dejando escenas atípicas de camareros sin actividad y espacios sin apenas movimiento.
Economía: la Feria más cara
Uno de los datos más llamativos de esta edición ha sido la caída en la facturación de las casetas. La mayoría de los responsables consultados coinciden en que han ingresado entre un 20% y un 25% menos que en 2024, una reducción significativa teniendo en cuenta el repunte de visitantes. El motivo principal parece haber sido el fuerte encarecimiento de los precios. Desde el tradicional rebujito hasta un simple plato de jamón, todo ha subido. Se estima que una pareja necesitaba al menos 100 euros para pasar una tarde básica en la Feria.
Esta situación ha llevado a muchos asistentes a contener el gasto, a limitar las visitas a una sola jornada o incluso a optar por acudir sin consumir. Además, los costes logísticos para las casetas también aumentaron debido a la inflación y al retraso en la aprobación del calendario definitivo de la Feria, lo que complicó la contratación anticipada de personal y servicios.
Transporte y movilidad: récord en el uso del transporte público
Si en algo ha brillado la Feria 2025, ha sido en movilidad. El transporte público ha batido récords, posicionándose como la opción más utilizada para acceder al Real de Los Remedios. El Metro de Sevilla experimentó un incremento del 73% en el número de usuarios respecto al año anterior. Durante los días centrales, los trenes circularon de forma ininterrumpida, muchos de ellos con doble composición para absorber la demanda.
Las líneas de autobuses de TUSSAM también registraron datos históricos, superando los 1.191.000 viajeros, un 23% más que en 2024. Destacaron especialmente las lanzaderas desde el Prado y Charco de la Pava. Los taxis, por su parte, contaron con accesos especiales y zonas habilitadas, aunque su uso fue menor comparado con otros años, probablemente debido al auge del transporte público.
Conectividad digital
La conectividad también ha jugado un papel central. Los picos de uso de redes móviles se concentraron el miércoles, el viernes y el domingo por la noche durante el espectáculo de fuegos artificiales. Estos momentos coincidieron con el mayor flujo de publicaciones en redes sociales, llamadas y mensajes, lo que demuestra el papel que juega la tecnología en la experiencia contemporánea de la Feria.
Los operadores móviles reforzaron la cobertura en la zona del recinto, instalando unidades móviles de refuerzo que permitieron mantener la calidad del servicio incluso en los momentos de mayor saturación.


