La tasa de inflación interanual de la eurozona registró una subida de dos décimas en septiembre, alcanzando el 2,2%. Este aumento se aleja del objetivo de estabilidad del 2% del Banco Central Europeo (BCE) y representa el mayor encarecimiento de la vida en la región desde abril. De acuerdo con los datos proporcionados por Eurostat, en el conjunto de la Unión Europea, la inflación interanual de septiembre aumentó al 2,6% desde el 2,4% de agosto, siendo este el incremento más significativo de los precios registrado desde febrero.
El impacto del coste de la energía y otros factores inflacionarios
Según Eurostat, uno de los factores que impulsaron el repunte de la tasa de inflación fue la menor disminución del coste de la energía. En septiembre, la energía experimentó un retroceso del 0,4% interanual, en contraste con la caída del 2% del mes anterior. Además, el precio de los alimentos frescos incrementó en un 4,7%, moderándose en ocho décimas respecto a agosto. Por otro lado, los bienes industriales no energéticos subieron un 0,8% interanual, manteniendo la misma cifra que el mes anterior, mientras que el coste de los servicios aumentó al 3,2% desde el 3,1% de agosto.
Al excluir el impacto de la energía, la inflación de la zona euro se mantuvo por quinto mes consecutivo en el 2,5%
A pesar de esta estabilidad, la tasa subyacente, que excluye también los precios de alimentos, alcohol y tabaco, aumentó una décima, alcanzando el 2,4% en septiembre, su mayor nivel desde abril.
Disparidades en las tasas de inflación de la UE
Entre los países de la UE, las tasas de inflación más bajas se reportaron en Chipre (0%), Francia (1,1%), Italia y Grecia (ambos 1,8%). En contraste, Rumanía (8,6%), Estonia (5,3%), Croacia y Eslovaquia (ambos 4,6%) registraron las tasas más altas. En el caso particular de España, se observó una aceleración de los precios al 3% en septiembre, frente al 2,7% de agosto, ampliándose así a ocho décimas el diferencial desfavorable respecto a la media de la zona euro.
