La situación económica en Venezuela se ha visto agravada por un alarmante incremento de la inflación, que ha alcanzado un 556% en los 12 meses comprendidos hasta el 17 de diciembre de 2025, según datos revelados por ‘Bloomberg News’. Este aumento coincide con el agravamiento de las tensiones entre el país latinoamericano y Estados Unidos, que ha intensificado sus esfuerzos para aislar económicamente al régimen de Caracas.
La medida más reciente del gobierno estadounidense fue la orden de bloqueo emitida por el presidente Donald Trump, que afecta a los buques petroleros que comercian con Venezuela. Trump subrayó la gravedad de esta decisión en sus redes sociales, destacando que «el shock para ellos será como nada que hayan visto antes». Esta acción busca mermar la principal fuente de ingresos en divisas para el gobierno de Venezuela.
El efecto de esta política no se ha hecho esperar, ya que el aumento de precios afecta de manera desproporcionada a ciertos grupos, incluidos trabajadores del Estado, pensionistas y aquellos que reciben su salario en bolívares. Cabe destacar que estos constituyen una minoría, dado que el 90% de los trabajadores del sector privado en Venezuela cobra en dólares.
Los datos de inflación, que incluyen una situación de precios del 219% a finales de junio y del 45% en 2024, se basan en un peculiar método de medición: el costo de una taza de café en una panadería de Caracas. Este método, aunque inusual, es la única referencia disponible en tiempo real, ya que el país ha cesado la publicación regular de estadísticas macroeconómicas.
El Fondo Monetario Internacional anunció en su informe ‘Perspectiva Económica Mundial’ que la inflación de Venezuela podría alcanzar un 682,1% en 2026, después de cerrar el año actual en un 269,9%. Este pronóstico se complica por la escasa comunicación con las autoridades venezolanas y la limitada disponibilidad de datos estadísticos.
El repunte de la inflación afecta principalmente a los trabajadores del Estado, a pensionistas y a aquellos trabajadores que cobran en bolívares
La economía del país, altamente dependiente de los ingresos del petróleo, enfrenta ahora un escenario incierto ante el aislamiento financiero promovido por Estados Unidos. La población, mientras tanto, continúa lidiando con los estragos de la hiperinflación en su vida diaria.


