La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado sus previsiones de crecimiento para la economía española. Después de una actualización en septiembre, la OCDE ahora anticipa un crecimiento del 2,9% para 2025 y del 2,2% para 2026, aumentando en tres y dos décimas respectivamente comparado con las estimaciones previas. Estas proyecciones reflejan un ajuste similar al realizado recientemente por el Gobierno español.
La demanda interna seguirá siendo el principal motor del crecimiento de España. El consumo privado estará respaldado por un sólido mercado laboral, un aumento de la renta real y una caída de la inflación. La inversión también se espera que incremente en el período 2025-2026, influenciada por la reducción de los costes de financiación y la implementación continua del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El crecimiento del PIB se mantendrá robusto, pero se moderará gradualmente
En cuanto a las exportaciones, se prevé una desaceleración debido a una débil demanda de socios comerciales clave y a los aranceles impuestos por Estados Unidos. Aunque la exposición directa de España a estos aranceles es limitada, rondando el 5% de sus exportaciones, la OCDE advierte sobre la posible incertidumbre empresarial que podría afectar a sectores como el agroalimentario, químico y maquinaria.
La OCDE anticipa que la tasa de desempleo en España disminuirá del 10,6% actual al 9,8% en 2027. Además, la tasa de inflación se moderará del 2,6% este año al 1,8% en 2027. Una reducción progresiva en el déficit presupuestario y la deuda pública también está proyectada.
Dado el fuerte impulso de crecimiento de la economía, sería aconsejable acelerar el ritmo de reducción del déficit para fortalecer la sostenibilidad fiscal
Pese a estas mejoras, persisten importantes incertidumbres y riesgos. Estos incluyen un entorno comercial mundial incierto, el aumento de la volatilidad en los mercados financieros, y factores internos como la fragmentación política y la posible debilidad en la inversión. Por otra parte, los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y sequías, representan riesgos adicionales para la economía española.


