La Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) ha publicado un informe que proyecta un significativo freno en el crecimiento de la economía mundial para 2025. Se estima que el PIB global crecerá apenas un 2,3%, en comparación con el 2,8% registrado en 2024, lo que marcaría la menor expansión desde 2020. Este descenso refleja una tendencia hacia una «fase recesiva» impulsada por una profunda incertidumbre política y económica.
Según el informe, el inicio del año 2025 estará marcado por niveles máximos de incertidumbre, los más altos observados en este siglo. La organización advierte que la desaceleración prevista es considerable en relación con las tasas de crecimiento anual promedio anteriores a la pandemia, un periodo que ya mostraba un crecimiento moderado.
La incertidumbre afecta negativamente a la actividad económica, causando pérdidas empresariales y retrasos en decisiones de inversión
Unctad argumenta que la incertidumbre provocada por las tensiones comerciales, como la guerra comercial derivada de la imposición de aranceles, ha llevado a las empresas a posponer inversiones y contrataciones. Esto, unido a la confrontación geoeconómica, conlleva el riesgo de interrupciones graves en las cadenas de producción y en los flujos de comercio internacional, lo que frena aún más la actividad económica global.
El aumento del temor a una recesión en Estados Unidos se suma a la creciente ansiedad de los inversores sobre las perspectivas económicas a nivel global, con un enfoque particular en la vulnerabilidad de los países en desarrollo ante la volatilidad financiera. Unctad ha reajustado drásticamente la proyección del crecimiento de EE.UU. para 2025 al 1%, una notable reducción frente al 2,8% del año anterior, ya que las expectativas de una expansión dinámica se han desvanecido por cambios en las políticas comerciales y migratorias.
En cuanto a la zona euro, se anticipa que el PIB crezca un 0,8% este año, manteniéndose estable con respecto a 2024, aunque la demanda interna sigue sin mostrar señales de repunte. En el ámbito internacional, se prevé que el PIB de China crezca un 4,4% este año, una baja en comparación con el año anterior, mientras que las economías emergentes en conjunto verán un crecimiento promedio del 4,1%.
La escalada arancelaria podría aumentar los ingresos en la mayoría de países, pero también es probable que frene la actividad económica mundial
El informe de Unctad también destaca que, pese al reciente auge en el sector financiero, este se ha concentrado en acciones tecnológicas de economías desarrolladas, dejando a las empresas en países en desarrollo con dificultades para captar capital. Las tensiones comerciales y la desaceleración de la demanda aumentan el riesgo de inestabilidad financiera, lo que podría tener repercusiones duraderas en la economía global.
