La Comisión Europea ha reafirmado su postura en relación a la ley de servicios digitales, a raíz de las amenazas emitidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha advertido sobre la imposición de aranceles adicionales a países que considere perjudican a las compañías tecnológicas estadounidenses.
Paula Pinho, portavoz comunitaria, subrayó en rueda de prensa que «es un derecho soberano de la UE y de sus Estados miembro regular las actividades económicas en nuestro territorio, que sean coherentes con nuestros valores democráticos». Este argumento se presenta como la columna vertebral de la defensa europea frente a la posición de Trump.
Advierto a todos los países con impuestos, legislación, normas o regulaciones digitales que, a menos que se eliminen estas acciones discriminatorias, (…) impondré aranceles adicionales sustanciales a las exportaciones de ese país a Estados Unidos
La comunidad internacional observa con atención, ya que Trump no solo manifiesta su intención de medidas arancelarias, sino también la posibilidad de establecer restricciones a la exportación de tecnología y chips protegidos por EE.UU.
A pesar de que Trump no ha apuntado a socios específicos, ha afirmado que ciertas tasas y legislaciones digitales «están diseñados para perjudicar o discriminar la tecnología estadounidense». Sus declaraciones se suman a sus críticas hacia aquellos países que, según él, otorgan «carta blanca a las mayores empresas tecnológicas de China».
Por su parte, la Comisión Europea mantiene que estas regulaciones son independientes al acuerdo arancelario con Estados Unidos, lo que refuerza el mensaje de que se trata de cuestiones soberanas e internas de cada estado miembro. La actitud desafiante de ambos lugares deja en evidencia la tensión que existe en el ámbito tecnológico y comercial a nivel global.
