La posibilidad de un acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos se hace cada vez más tangible en respuesta a la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer un arancel del 30% sobre los productos europeos a partir del 1 de agosto. No obstante, incluso con estos avances, los Veintisiete se enfrentan a un gravamen del 15% sin la posibilidad de contramedidas, como ha confirmado el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, en una reciente reunión con embajadores.
Desde abril, Estados Unidos impone un arancel mínimo del 10% a las exportaciones europeas, después de haber reducido una imposición inicial del 20% en un intento de llegar a un acuerdo. El gravamen del 15% en discusión incluiría un 4,8% correspondiente al comercio de ‘nación más favorecida’, manteniendo así el impacto cercano a los niveles actuales.
Actualmente, la propuesta está sobre la mesa del presidente Trump, quien debe dar su respuesta. Por su parte, Sefcovic se ha reunido con Howard Lutnick, el secretario de Comercio de EE.UU., para discutir el estado actual de las negociaciones.
La UE continúa preparándose para una respuesta, con un arsenal de represalias que incluye medidas arancelarias unificadas que entrarían en vigor el 7 de agosto si no se alcanza un acuerdo.
En la reunión con los embajadores, Sefcovic detalló las posibles represalias, que comprenden una penalización del 25% sobre productos estadounidenses valorados en 21.000 millones de euros y preparativos para impactar sobre otros 72.000 millones de importaciones. La respuesta de la UE podría afectar a bienes por un total de 93.000 millones de euros.
Además, Bruselas considera activar el instrumento anticoerción, respaldado por países como Francia, para sancionar a naciones que ejerzan presión económica sobre la UE. Esta medida, aunque no concretada, cuenta con el respaldo de una mayoría cualificada de gobiernos europeos.
