Las recientes perturbaciones meteorológicas están afectando profundamente la producción de cerezas en la Comunitat Valenciana, provocando pérdidas económicas significativas. Según la estimación provisional de la Unió Llauradora, las pérdidas ascienden a más de tres millones de euros debido a las lluvias intensas y granizos de las últimas semanas. En la provincia de Alicante, las lluvias han reducido la cosecha en 400 toneladas respecto a las previsiones iniciales, mientras que en Castellón se ha cosechado menos de la mitad de lo esperado en una campaña normal.
El impacto económico también se ve agravado por las elevadas temperaturas, que han adelantado la producción, generando una acumulación de cerezas en el mercado en un momento en que los precios eran altos. Sin embargo, esta subida de precios no compensa las pérdidas para la mayoría de los productores debido a la escasez de fruta.
La Unió Llauradora ha señalado que el seguro actual de la cereza no es efectivo para proteger a los agricultores, especialmente frente a problemas climáticos como las lluvias persistentes. Por ello, la organización solicitará que la cobertura de seguro para lluvias se aplique por parcela en lugar de por explotación, lo que podría ofrecer mayor precisión y utilidad en la protección de las cosechas.
Los agricultores han dejado de contratar el seguro
debido a su ineficacia percibida, lo que podría poner en peligro la viabilidad del cultivo si esta situación persiste.
A pesar de los desafíos actuales, existe una nota positiva en el reciente acuerdo entre China y España para la exportación de cerezas españolas al mercado chino por primera vez. Este acuerdo representa una oportunidad significativa, siempre y cuando el sector resuelva cuestiones internas como el tema del seguro agrícola. La Unió Llauradora destaca que si España logra convertirse en un proveedor confiable para China, esto podría convertirse en una vía de gran valor para las cerezas valencianas en los próximos años.
La viabilidad del cultivo está en peligro
si las condiciones actuales no cambian, subraya una vez más la Unió, resaltando la importancia de abordar estos problemas para asegurar el futuro de la producción de cerezas en la región.
