Recientemente se han publicado datos alarmantes sobre el aumento de los precios de los alimentos en España, reflejando una brecha significativa entre los precios pagados a los productores agrícolas y los precios al consumidor. En enero, el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó dos décimas, alcanzando una tasa interanual del 3%.
Desigualdad en la cadena de suministro alimentario
Según el Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD), elaborado mensualmente por la organización agraria COAG, el precio de las cebollas en los lineales de las tiendas fue un 591% superior al precio pagado a los agricultores. Mientras que el agricultor recibe 0,23 euros por kilo, los consumidores pagan una media de 1,59 euros en los establecimientos.
De manera similar, el precio del limón se multiplicó en 549%, pasando de 0,35 euros en el campo a 2,27 euros en las tiendas. La aceituna de mesa experimentó un aumento del 547%, con un incremento que la llevó de 1,18 euros a 7,63 euros por kilo. Por otro lado, las patatas vieron un aumento de 512%, desde 0,33 euros hasta 2,02 euros por kilo.
A pesar de que los productos agrícolas multiplicaron su precio por 3,93 desde el campo hasta el consumidor, los derivados de la ganadería lo hicieron por 2,95
El análisis también pone de manifiesto el aumento de precios en los productos de origen animal. El kilogramo de cerdo se incrementó desde 1,59 euros en origen hasta 6,50 euros al consumidor, lo que representa un 309% de aumento. En el caso del cordero, su precio ascendió hasta un 258%, pasando de 5,57 euros a 19,92 euros por kilo.
Finalmente, el índice elaborado por COAG se situó en enero en un 3,73%, resaltando la necesidad de abordar esta creciente desigualdad en el sistema de precios de alimentos y el impacto que tiene sobre los consumidores y agricultores.
