Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha mostrado cautela a pesar de los recientes datos positivos sobre la inflación en la eurozona, proporcionados por Eurostat. En su intervención tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, Lagarde señaló que, aunque se han logrado avances importantes en la lucha contra la subida de precios, el problema aún no está totalmente resuelto. Por este motivo, no ha querido comprometerse a una nueva bajada de tipos en la próxima reunión de diciembre, subrayando que las decisiones se tomarán "reunión a reunión" en función de la información disponible.
"¿Hemos roto el cuello de la inflación? Todavía no. Pero, ¿estamos rompiendo el cuello de la inflación? Sí, creo que sí. Aún no está completamente roto, pero estamos cerca de lograrlo", afirmó, destacando que el Consejo del BCE decidió unánimemente reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos, la tercera bajada en lo que va de año.
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El papel de Eurostat en la revisión de la inflación
El mercado ya esperaba la decisión del BCE, que fue aún más apoyada por la revisión a la baja de la inflación de septiembre realizada por Eurostat. Según los últimos datos, la tasa de inflación de la eurozona fue del 1,7%, frente al 1,8% inicialmente estimado. Este nivel supone la subida más baja de los precios en la región desde abril de 2021, un avance significativo en el proceso de desinflación que lidera el BCE.
Expectativas y desafíos en el horizonte
Durante su intervención, Lagarde subrayó que, aunque la inflación ha disminuido, todavía se espera un repunte en los próximos meses debido a los efectos de base. Sin embargo, el BCE mantiene su previsión de que la inflación volverá al objetivo del 2% "a lo largo del próximo año".
Aunque los salarios en la eurozona siguen creciendo a un ritmo elevado, el BCE confía en que las presiones laborales disminuirán gradualmente, mientras que los beneficios empresariales ayudarán a contener el impacto inflacionario.
Política monetaria restrictiva
Lagarde ha sido clara al afirmar que, pese a la reciente reducción de tipos, la política monetaria del BCE sigue siendo restrictiva, algo que considera necesario para mantener el control sobre la inflación. La presidenta del BCE ha dejado claro que los tipos seguirán en niveles restrictivos "el tiempo que sea necesario" para garantizar la estabilidad de precios.
Incertidumbres geopolíticas y económicas
En su análisis, Lagarde también ha señalado los riesgos para el crecimiento económico, mencionando posibles obstáculos derivados de las tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y la situación en Oriente Próximo, que podrían afectar el suministro energético y el comercio mundial. Además, ha advertido sobre el impacto de eventuales restricciones comerciales entre Europa y Estados Unidos en caso de una victoria electoral de Donald Trump, afirmando que cualquier barrera comercial supondría un inconveniente para la economía europea.
Llamado a políticas fiscales más sólidas
Finalmente, la presidenta del BCE ha insistido en la necesidad de que los gobiernos de la zona euro implementen políticas fiscales y reformas estructurales que impulsen la productividad, la competitividad y la resistencia económica, siguiendo propuestas como las de Mario Draghi y Enrico Letta. Según Lagarde, estas medidas ayudarán a reducir las presiones inflacionarias a medio plazo, contribuyendo a la estabilidad económica general de la región.