Los nuevos aranceles impulsados por la Administración Trump no solo afectan negativamente el crecimiento y la estabilidad global, sino que también debilitan los fundamentos del liderazgo económico de Estados Unidos. Esta es una de las principales conclusiones de un artículo publicado por BBVA Research, que advierte sobre los riesgos que esta política proteccionista podría acarrear para el sistema económico global. Rafael Doménech, responsable de análisis económico del servicio de estudios de BBVA, explica que el éxito económico estadounidense ha dependido durante décadas de la apertura comercial, la confianza de inversores extranjeros y la previsibilidad en las entradas de capital, creando así un entorno donde el dólar se considera un «activo de refugio».
La publicación subraya que el verdadero desafío para Europa y el resto del mundo no radica en replicar el proteccionismo, sino en reforzar el multilateralismo y preservar un orden internacional basado en reglas. Doménech enfatiza que lo que está en juego tras la imposición de nuevos aranceles no es únicamente el comercio, sino también la credibilidad del sistema económico global. Su análisis detalla cómo la decisión del Gobierno de Trump sorprendió tanto por su magnitud como por su aparente carencia de lógica económica.
La obsesión con mantener déficits comerciales bilaterales nulos carece de sustento teórico en una economía global integrada
La estrategia comercial de la Casa Blanca busca eliminar los déficits comerciales bilaterales de EE.UU., un objetivo que BBVA Research considera no solo «difícilmente alcanzable», sino también resultado de un diagnóstico erróneo. Doménech argumenta que en el actual contexto global, donde las cadenas de producción están distribuidas entre diferentes países, es “normal” tener déficits en el comercio de bienes con algunos países, los cuales pueden compensarse con superávits con otros a través del comercio de bienes diferentes o de servicios.
El déficit en la balanza por cuenta corriente, que incluye bienes y servicios, no representa necesariamente un inconveniente. De hecho, este desbalance puede reflejar un exceso de inversión sobre el ahorro. La economía estadounidense, lejos de ser explotada por otros países, presenta déficits externos recurrentes precisamente porque ofrece activos seguros y rentables que atraen el ahorro del resto del mundo.
Según BBVA Research, el capital extranjero, en su mayoría proveniente de naciones con niveles de renta per cápita inferiores, juega un papel crucial al financiar la inversión, el consumo y el crecimiento en EE.UU. Este flujo de capital es un reflejo de la solidez institucional del país, su fortaleza en investigación y desarrollo, así como su capacidad de innovación. Doménech destaca que, como consecuencia de esta dinámica, Estados Unidos se ha consagrado como un líder mundial en tecnologías disruptivas, con una productividad y renta per cápita que superan a la mayoría de las economías europeas.
La reacción de los mercados ha sido contundente, con caídas superiores al 5% en las bolsas estadounidenses
Finalmente, se apunta que la metodología empleada para calcular los ‘aranceles recíprocos’ ha suscitado «duras críticas» tanto entre expertos como en la comunidad académica. Esta fórmula, en lugar de imponer aranceles equivalentes a los que los países aplican a las exportaciones estadounidenses, se basa en un arancel mínimo del 10%. A partir de ese nivel, se divide el déficit bilateral por el valor de las importaciones de cada país en 2024, aplicando solo la mitad del resultado obtenido. Esta estrategia ya ha tenido repercusiones notables, resultando en una pérdida de riqueza de 6,6 billones de dólares, equivalente al 24% del PIB de EE.UU. en 2024, en tan solo dos días.
